Castellano, pregunta formulada por familiabecerra2022, hace 2 meses

¿Cuál es el papel de la libertad de expresión en las sociedades contemporáneas en las cuales esta es fundamentalmente en los medios masivos de comunicación?

Respuestas a la pregunta

Contestado por edwindamian2007
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Respuesta:

Libertad de expresión y construcción de un nuevo discurso

en un mundo fragmentado

Abordar la libertad de expresión desde múltiples aristas

sin dejar por fuera nada de lo que se está debatiendo; no cejar en

el empeño de cuestionarlo todo; de construir, desde la palabra y

bajo estrictas normas éticas aquella realidad que pretendemos

construir; desde el discurso, desde las buenas intenciones, una

realidad que de abasto a todos quienes habitamos un planeta, un

país o, por lo menos una ciudad.

El poder de los medios masivos de comunicación radicaba,

hasta hace poco, en dos pilares: cuestionar el poder o por lo

menos interpelarlo y, construir la realidad, al margen incluso de lo

que sucedía en la realidad real. En la actualidad su poder radica

en la credibilidad y en la cercanía, en la capacidad de compartir

códigos y propuestas, en proyectar un horizonte de deseabilidad

que seduzca a la audiencia.

El poder de los medios; calientes o fríos según su capacidad

para sumergirte o interactuar, para convocar todos o solo parte

de los sentidos, para presentar la realidad de forma parcial o

completa; es su capacidad para exigir la colaboración, o no, de la

audiencia para completar y elaborar lo que se recibe. Ese poder de

seducción, en los últimos años, ha sido cuestionado por una red

de productores de noticias de baja intensidad que cuestionan el

discurso y la visión que ofrecen los telediarios (Eco, 2016).

La fragmentación en los orígenes

Las sociedades del capitalismo periférico, pre y posmodernas

a la vez, son controversiales desde la misma construcción de

la realidad o del carácter de los sueños con que elaboran los

proyectos de futuro, en las narrativas acerca del pasado, en los

discursos y visiones acerca de la cotidianidad o de los relatos de lo

extraordinario. Sociedades en suma, como la nuestra, que aún no

logran descifrar su pasado, asumirlo, procesarlo y redefinirlos para

proyectarse hacia el mundo sin falsos arquetipos y sin complejos.

Nacimos al calor de la enmarañada realidad del saqueo, la

dominación, la rapiña y, a la vez, del orgullo, la necedad, la avaricia y

el poder para someter; de la ignorancia y la sabiduría; del oprobio y la

servidumbre; de la dignidad convertida en resistencia. Dos vertientes

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Revista Enfoques de la Comunicación

y un solo resultado. Una compleja realidad que nos ata sin atenuantes

a tratar de dividir las aguas entre aquellos que reconocen la vertiente

originaria y los que hacen suya únicamente la hidalga. Compleja

amalgama de lo que Echeverría denominaría blanquitud; “que no

está enraizado en el tema étnico sino que es expresión del carácter

étnico en que se expresa la totalidad de la dominación de este orden

civilizatorio, es decir, tiene una expresión étnica cuando en realidad

se trata de una dominación múltiples propósitos” (Echeverría, 2011).

Para acortar los caminos y los propósitos de este ensayo, correremos

el riesgo de hacer los cortes profundos, groseros, significativos para

llegar al momento en que nos encontramos.

Cuando América fue descubierta, conquistada y colonizada

por los europeos; el supuesto “encuentro” de dos culturas, definió el

presente de todo el continente (además del europeo, por supuesto).

Marcó nuestra forma de pensar, soñar, subsistir y proyectarnos

hacia el futuro. Constituye un profundo y radical corte que nos ha

impedido asumirnos como somos. De aquel pasado mezcla de

ignominia y heroísmo, surge una sociedad fragmentada que hasta

el día de hoy no resuelve sus contradicciones. Esta realidad se

expresa en todos los aspectos de la vida cotidiana y sobrepasa

los diversos marcos conceptuales elaborados por los teóricos

críticos, tanto europeos como norteamericanos. La corriente

actual del pensamiento crítico contemporáneo de Latinoamérica

está tratando, con la demora del caso, como una propuesta

descolonizadora en un intento que se muerde la cola mientras que,

desde el ámbito del proceso de recuperación y puesta en valor del

conocimiento andino se lo propone como una ruptura epistémica.

El intento más llamativo, por parte de la intelectualidad y el

campo de reflexión de los europeos, por constituir la aceptación de

la validez de la producción teórica de los pensadores de la periferia,

constituye el de Jean Paul Sartre cuando prologó a Frantz Fanon:

[E]se hombre nuevo comienza su vida de hombre por el final; se sabe

muerto en potencia. Lo matarán: no sólo acepta el riesgo sino que tiene

la certidumbre; ese muerto en potencia ha perdido a su mujer, a sus hijos;

ha visto tantas agonías que prefiere vencer a sobrevivir; otros gozarán de

la victoria, él no: está demasiado cansado. Pero esa fatiga del corazón

es la fuente de un increíble valor. Encontramos nuestra humanidad más

acá de la muerte y de la desesperación, él la encuentra más allá de los

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Libertad de expresión y protección de derechos

Revista Enfoques de la Comunicación Año 1 - No. 2 / Diciembre 2019

suplicios y de la muerte. Nosotros hemos sembrado el viento, él es la

tempestad. (Fanon, 1983)

Explicación:

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