Crisis de 1917
Puntos clave
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El equilibrio militar de finales de 1916 y la imposibilidad de dar fin a la guerra a corto plazo puso en dificultades a los beligerantes. Tropas y retaguardia fueron presa de una creciente desmoralización.
Durante 1917 se desencadenaron protestas de soldados y mandos que se transformaron en auténticos motines que fueron duramente reprimidos. La unidad política se quebró en el seno de cada una de las potencias e innumerables voces clamaron contra la guerra, exigiendo una paz negociada. Surgieron iniciativas de paz como la de Wilson (presidente de los Estados Unidos) o la del papa Benedicto XV, pero finalmente se impusieron las tesis de los partidarios de continuar la contienda. Texto. Crisis de 1917. Oposición a la continuación de la guerra
Thomas Woodrow Wilson (28 de diciembre de 1856 - 3 de febrero de 1924), 28º presidente de los Estados Unidos. Ampliar imagen
Presidente Wilson
Papa Benedicto XV. Ampliar imagen
Papa Benedicto XV
Mariscal Petain. Ampliar imagen
Mariscal Petain
Georges Clemenceau. Ampliar imagen
G. Clemenceau
En Francia la especial dureza de los combates en las trincheras, unida a la escasez de víveres y pertrechos, provocaron huelgas en la industria metalúrgica y la sucesión de una serie motines (primavera de 1917) que fueron frenados mediante numerosos fusilamientos. El general Nivelle fue sustituido por el mariscal Petain quien logró restaurar la disciplina militar. El gobierno fue asumido por Georges Clemenceau. Texto. Motines de 1917 Texto. Crisis de 1917. Soluciones de Petain para atajar los motines en el ejército francés
En Gran Bretaña los laboristas se alejaron del gobierno al tiempo que se sucedían numerosas huelgas. Se hizo cargo del ejecutivo David Lloyd George, partidario de proseguir la guerra y promotor de una serie de medidas que lograron incrementar la eficacia del ejército.
Respuesta:
ExplicCrisis de 1917 es el nombre que se da por la historiografía española al conjunto de sucesos que tuvieron lugar en el verano de 1917 en España, destacadamente tres desafíos simultáneos que hicieron peligrar al gobierno e incluso al mismo sistema de la Restauración: un movimiento militar (las Juntas de Defensa), un movimiento político (la Asamblea de Parlamentarios que tuvo lugar en Barcelona convocada por la Liga Regionalista), y un movimiento social (la huelga general revolucionaria). Coincidieron con una coyuntura internacional especialmente crítica en ese mismo año, posiblemente uno de los más cruciales en toda la Historia. En cambio, la historiografía mundial no suele emplear el nombre de crisis para este periodo, reservándolo para algunas cuestiones puntuales relacionadas con la Primera Guerra Mundial: la crisis de reclutamiento en Canadá[1] y la crisis de construcción naval en Estados Unidos.[2] Hay que recordar que España se mantuvo neutral durante todo el conflicto. La crisis española de 1917 se enmarca en la crisis de la Restauración histórica .
ación: