construir un cuento sobre la republica de colombia
es para hoy xfa doy corona si respondes bien
Respuestas a la pregunta
Es la mejor respuesta que hay Coronita xfa
Respuesta:
Con este cuento corto, escrito por un joven periodista en Antioquia, abrimos un espacio de reflexión para invocar los poderes de la inspiración y de la palabra escrita como vehículos para comunicar nuestras impresiones y sentires sobre el acontecer nacional: la Escrituratón por Colombia. Esta es una iniciativa democrática, incluyente y participativa en donde abriremos el corazón a los sentimientos de los demás.Anoche no pude dormir. Después de quince años de espera, conocí el tono ronco del hombre que te quitó la vida, papá. «Lo matamos porque nos miró feo cuando le reclamamos por la plata que se le cobraba a todos los vendedores ambulantes del municipio. Don Carlos era un buen hombre», dijo el excomandante paramilitar ante el juez que lo miraba sin parpadear. A las cuatro de la mañana estaba en la ducha, sintiendo cómo las gotas de agua fría que recorrían mi cuerpo eran las mismas que habían arrastrado tu cuerpo al olvido, papá.Bebí un café sin azúcar, esperando que fueran las cinco menos diez para salir al paradero de la avenida. Empaqué en mi bolso un bloc de notas, de los mismos que tú me comprabas cuando niño para dibujar animales, y una botella de vino rojo, de las que siempre llevabas a la casa en Navidad. Me subí en el primer bus que viajaba hacia Medellín desde La Ceja.Saqué mi lapicero del bolsillo y rasgué una hoja del bloc, comenzando a escribir sobre mis rodillas los párrafos anteriores de este cuento. La mayoría de los puestos estaban vacíos, solo viajaban el chofer y cuatro pasajeros de una reconocida empresa de electricidad. El trayecto me daría la inspiración para terminar tu carta. No fui capaz de dormir, como siempre lo hacía cuando estudiaba Literatura en la Universidad de Antioquia. En la hora y media de camino, me dediqué a contemplar con atención las aguas tranquilas y turbias de la represa La Fe, pensando en ti.Siempre que veo agua, así sea de una piscina, pienso en ti. El autobús descendió Las Palmas en medio de un aguacero. Me bajé en la Terminal del Norte. Caminé apresurado entre la gente para alcanzar el bus que salía a las siete de la mañana con destino a La Pintada. Subimos por el alto de Minas, una carretera lenta, repleta de curvas, atestada de grandes camiones y accidentes. Durante el recorrido de dos horas y media, nos encontramos tres camiones varados y un automóvil estrellado contra un barranco.Papá, tú utilizaste mucho esta vía para llegar a la Central Mayorista de Medellín, donde comprabas los mangos que vendías en tu puesto de ventas. Te cuento, papá, que ahora la carretera, a lado y lado, está llena de casitas desde las que se escapa el humo negruzco de los fogones artesanales en los que son asadas las arepas de maíz. He cancelado al chofer los quince mil pesos del pasaje. No caminaba por las calles de La Pintada desde hace trece años, desde el desplazamiento. Papá, estoy de pie en el puente de barandas amarillas que atraviesa el río Cauca.Pasan muchos buses con destino a Manizales y Pereira. En las riberas hay un par de canoas de pescadores pobres. Desde acá, lo supe ayer, lanzaron tu cuerpo. Lo que espero con esta carta, que introduzco en la botella y pongo a volar hacia el vacío, es que llegue hasta ti.