Cómo podemos aprovechar los recursos de nuestra comunidad para desarrollar hábitos de vida saludable
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Agricultura urbana
De acuerdo con un reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), existe una tendencia creciente en América Latina por fomentar la agricultura urbana—la producción de alimentos frescos para el autoconsumo en espacios reducidos como los patios de las casas y las terrazas de los edificios—como un medio para aumentar la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables de las ciudades. La agricultura urbana genera ingresos complementarios y enriquece la dieta familiar, además de estimular la generación de áreas verdes en las ciudades.
El consumo de alimentos orgánicos y locales tiene numerosos beneficios. Por un lado, los alimentos orgánicos son más saludables ya que no contienen toxinas procedentes de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes utilizados en procesos de agricultura. Por otro, consumir alimentos de la región o la ciudad en la que vivimos requiere de menos energía tanto a la hora de cultivarlos como a la hora de transpórtalos y esto se traduce en que sean alimentos más económicos para nuestro bolsillo.
2. Consumo responsable de agua
El uso racional del agua es fundamental no solo a nivel económico sino debido a que el agua es un recurso no renovable con el que contamos en la tierra. Un hábito tan sencillo como cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes podría ahorrar hasta un 90% de agua, y lavar el auto con una manguera a presión consume 80% más que hacerlo con un cubo y una esponja.
Una mayor cultura de reúso, separación y aprovechamiento del agua de lluvia en las ciudades también es fundamental para preservar este recurso. Este año, el Séptimo Foro Mundial del Agua reconoció un interesante invento colombiano que sirve precisamente para ese fin: se trata del Ekomuro H20+, un sistema de recolección de agua de lluvia hecho a partir de botellas plásticas recicladas. Este sistema de fácil uso y mantenimiento permite proveer de agua potable a hogares y escuelas ubicadas en las zonas más apartadas y vulnerables de las ciudades.