Clasificar los nutrientes orgánicos y inorgánicos según su función principal que desempeña en el organismo
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Los nutrientes inorgánicos incluyen el agua y las sales minerales. Están formados por distintos elementos químicos, pero su componente fundamental no es el carbono.
El agua es el componente más abundante de los seres vivos, representando entre el 65 % del cuerpo humano. Además de obtener agua cuando la bebemos, la mayor parte de los alimentos contienen agua, como la fruta, la verdura y la leche. Entre sus numerosas funciones destacan la regulación de la temperatura del cuerpo, el transporte de sustancias por el organismo, ayuda a eliminar desechos, y es el medio donde se producen las reacciones químicas de las células.
Las sales minerales, en disolución o precipitadas, son necesarias para el organismo. Se encuentran en todos los alimentos, pero son más abundantes en frutas y verduras. Las funciones de las sales minerales son:
Función reguladora: intervienen en las reacciones químicas del organismo.
Función plástica o estructural: por ejemplo, el calcio y el fósforo forman parte de los huesos, o el flúor, de los dientes.
Nutrientes orgánicos
Los nutrientes orgánicos están formados por moléculas creadas por seres vivos. Tienen carbono, y son moléculas grandes y complejas, como los glúcidos, lípidos, proteínas y vitaminas.
Glúcidos.
Lípidos.
Proteínas.
Vitaminas.
Glúcidos
Los glúcidos o hidratos de carbono son los nutrientes más abundantes en los alimentos de origen vegetal. Se distinguen dos tipos:
Glúcidos sencillos: son dulces y se digieren y absorben rápidamente. Son abundantes en frutas y en algunas verduras. Ejemplos: glucosa, fructosa, etc.
Glúcidos complejos: no son dulces. Son grandes moléculas formadas por muchos glúcidos sencillos. Ejemplos: el almidón, presente en la patata, las legumbres y los cereales, y la celulosa, que aporta fibra vegetal.
Los glúcidos más simples son los monosacáridos, como la glucosa, la fructosa y la galactosa. Cuando dos monosacáridos se unen forman un disacárido, como la maltosa (glucosa-glucosa), la sacarosa (glucosa-fructosa) y la lactosa (glucosa-galactosa). Si se unen muchas (más de diez) moléculas de glucosa forman un polisacárido como la celulosa, el almidón y el glucógeno.
Los glúcidos tienen función energética. Un gramo de glucosa proporciona 4 kilocalorías. También hay polisacáridos con función energética. El almidón sirve de reserva energética en vegetales y el glucógeno, en animales.