clasificar características de un texto
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Según su propósito o estrategia textual, podemos diferenciar entre textos expositivos, argumentativos, narrativos y descriptivos.
Según su área de interés, podemos diferenciar entre textos literarios, periodísticos, publicitarios, jurídicos, administrativos o académicos.
Según su soporte físico, podemos distinguir entre textos manuscritos, textos impresos y textos digitales.
Explicación:
Según su propósito:
Textos expositivos. Son aquellos que tienen como propósito el ofrecimiento objetivo de ideas al lector, esto es, el de instruir respecto de un tema determinado de la naturaleza que sea, siempre y cuando no se tomen posiciones personales al respecto, sino que se conserve un interés meramente informativo. Por ejemplo: un libro de texto escolar o una enciclopedia.
Textos argumentativos. Son aquellos que tienen como propósito convencer al lector de asumir un punto de vista determinado en la materia, o de invitarlo a asumir una actitud o una serie de acciones, y se lo hace a través de argumentos de distinto tipo, esto es, ofreciéndole razones, motivos y persuadiéndolo a través de diferentes estrategias. Por ejemplo: un panfleto político o un artículo de opinión.
Textos narrativos. Son aquellos que tienen como propósito contar algún tipo de relato o de historia, sea real o ficticia, empleando para ello diferentes estrategias y mecanismos narrativos. Este tipo de textos se reconocen porque poseen siempre la figura de un narrador. Por ejemplo: una novela, una crónica periodística.
Textos descriptivos. Son aquellos que tienen como propósito detallar alguna realidad o algún objeto específico, detallando sus componentes, o bien detallando los pasos específicos que uno debe dar para cumplir con un cometido. Por ejemplo: una receta gastronómica, las instrucciones para armar un mueble.
Según su área de interés:
Textos literarios. Aquellos que se leen con el propósito de entretener, o de brindar al lector una experiencia estética, y que han sido compuestos por un autor empleando su imaginación y recursos estilísticos o retóricos, como metáforas, símiles, etc. Por ejemplo: poemas, novelas, literatura infantil.
Textos periodísticos. Aquellos que forman parte de los medios de comunicación y que tienen el cometido de informar a sus lectores de un modo más expositivo (en el caso de los reportajes) o más argumentativo (en el caso de los artículos de opinión). Estos textos se manejan en una fina línea entre lo literario y lo documental o científico, ya que abordan siempre la realidad, no la ficción. Por ejemplo: artículos periodísticos, notas de prensa, reportajes periodísticos.
Textos publicitarios. Aquellos que intentan convencer al lector de que compre un producto determinado, exaltando sus virtudes o la necesidad que supuestamente se tiene de comprarlo, o simplemente intentando que el consumidor se entere de la existencia del producto. Por ejemplo: anuncios publicitarios e incluso spots publicitarios en televisión.
Textos jurídicos. Aquellos que forman parte del lenguaje propio de las instituciones judiciales y de las cortes, decisiones y documentos propios del acto de impartir justicia. Suelen estar escritos en un lenguaje muy técnico, lleno de latinismos y neologismos propios del área. Por ejemplo: veredictos de la corte, códigos penales o la Constitución Nacional.
Textos administrativos. Aquellos que son propios del lenguaje formal de las organizaciones: las empresas, el Estado mismo y sus instituciones del poder público, o cualquier otra forma de organización humana que requiere de su propio papeleo. Por ejemplo: actas fundacionales, memorandos o informes administrativos.
Textos académicos. Aquellos que provienen del mundo universitario y del saber especializado, ya sean científicos o humanísticos. Suelen hallarse escritos en un lenguaje más o menos especializado, ya que están hechos por y para entendidos en la respectiva materia abordada. Por ejemplo: artículos científicos, tesis doctorales y otras monografías similares.
Segun su soporte físico:
Textos manuscritos. Aquellos que han sido escritos “a mano”, generalmente en papel o algún soporte tradicional, empleando el grafito de un lápiz o la tinta de algún bolígrafo o marcador. Por ejemplo: una nota dejada en el refrigerador.
Textos impresos. Aquellos que son fruto de una imprenta o de algún otro sistema mecanizado de producción de textos. Por ejemplo: un libro cualquiera, una revista, o una monografía impresa en computadora.
Textos digitales. Aquellos que son propios del mundo virtual, o sea, que existen en Internet o en otros tipos de software, sin poseer un soporte físico tangible, más allá de alguna pantalla. Por ejemplo: libros electrónicos y páginas web.