buscar una obra musical con el instrumento la quena, link, tiempo, titulo de la obra, autor, interpretes y apreciaciones. pls doy crona
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Respuesta:
"Una Joven india, llamada Picasú (Paloma) era amada entrañablemente por Guazutí (Venado). Isipó (Liana, enredadera), no podía sufrir los amores de aquéllos porque esperaba ser correspondida por Guazutí.
Un día en que Picasú recorría la selva, una flecha la hirió de muerte. Su desgarrado lamento orientó al indio, quien acercándose a la infeliz comprendió que su fin se acercaba. Entonces tomó un trozo de tacuara (caña muy alta del noreste argentino) y trató, acercándolo a los labios de la moribunda, que sus últimas quejas quedaran encerradas en ella. Luego cerró la caña con tierra empapada con sus propias lágrimas. Pero un día, Isipó hurtósela y la destapó, soplando para que huyeran los lamentos recogidos en ella. Pero los mismos brotaban cada vez que soplaba y perduró para siempre a través de las edades, no sólo en ese trozo de tacuara, sino en todas las cañas."
Según Carlos Vega, la quena reproduce principalmente las melodías pentatónicas que atesoran los actuales descendientes de los incas. En segundo lugar, interpreta melodías híbridas, es decir, pentatónicas con semitonos o con otros elementos extraños al sistema. En tercer lugar, melodías criollas.
Apunta el mismo musicólogo que en las ciudades o centros de alguna importancia, los criollos mismos, mejor dicho, los mestizos absorbidos por el ambiente cultural criollo, han introducido la quena en las orquestas nativas, siendo esto general en Perú y Bolivia, ya que el criollo argentino no toca la quena.
En Jujuy -añade Vega-, como en el Altiplano y en las sierras peruanas, se oyen en la quena, casi exclusivamente, los vivaces "Huainitos", con su medio centenar de nombres distintos. Y en los centros criollos es común el uso de dos quenas simultáneas.
Por los años cuarenta del presente siglo, el musicólogo mejicano Mayer Serra consideraba que la quena era entonces tan popular como en otros tiempos. No hay -añadía- un llamero (pastor de llamas), ni un labrador de la sierra que no lleve siempre sobre sí una flauta de caña, una quena. Cuando marcha solo por la puna (gran pradera peruana), cuando descansa sentado en el umbral de su casa o cuando quiere animar a sus compañeros en las duras faenas del campo, toca su flauta, cuya melodía repite incansable.
Terminamos estas breves anotaciones históricas recordando, con Carlos Vega, que los aspectos lúgubres y dolorosos del canto casi exclusivos achacados a la quena son un exceso de la imaginación literaria, pues "las melodías que tocan en sus quenas los descendientes de los incas, salvo raras excepciones, pueden figurar entre las más alegres del mundo".