Religión, pregunta formulada por eduardoortega22, hace 5 meses

Biblia Gálatas 5, 17-26 ¿por
qué cada una de estas acciones no nos permiten
vivir el amor de Dios?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por benjamindavidramirez
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Respuesta:17 Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres. 18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, 20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, 23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley. 24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias. 25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu. 26 No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos á los otros, envidiándose los unos á los otros.

Explicación:No debemos usar la libertad para alimentar nuestra carne. Cuando un creyente anda en el Espíritu Santo él está empoderado para cumplir La Ley de amor. El estilo de vida de un creyente es cuando un cristiano está en lo correcto ahora y también con la dirección que están siguiendo en sus vidas

Cuando Pablo usa la palabra carne, él está hablando de nuestra naturaleza que es opuesta a Dios. También se refiere a la naturaleza pecaminosa que aún reside en el cristiano después que él es salvo.  De modo que nuestras batallas vienen de la carne o del Espíritu.  La carne desea la autosatisfacción; el Espíritu quiere nuestra santidad o la  glorificación de Dios. Él trabaja progresivamente en nuestras vidas para hacernos más semejantes a Cristo.

Debemos confiarnos a nosotros mismos al Espíritu Santo, que Él nos da del poder para que diariamente vivamos más como Cristo. Dios no nos rescató simplemente para que evitáramos ir al Infierno; Él quiere que nos parezcamos más y más a Jesús. La persona que anda en el camino no quiere satisfacer la carne sino el Espíritu. El modo en que hacen esto es reconocer que todavía tenemos corazones pecaminosos y que debemos dar esos corazones a Cristo. Regresar todos esos pensamientos, sueños, sentimientos, y acciones al control del Espíritu y andar en Su fortalecimiento.

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