ata las siguientes afirmaciones:
modernismo fue uno movimiento literario e intelectual de
secuencia de
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Resumen
La extensa bibliografía que existe sobre el modernismo abre múltiples vías de estudioy análisis, las cuales manifiestan su condición de pluralidad en formas expresivas y el simultaneísmo con que emerge en el espacio geográfico de habla hispana. La instancia que significa investigarlo nos pone ante un campo de estudios que, en lo global, se somete a una doble modalidad, esto es, el diálogo entre la historia literaria y la historia cultural, una línea de trabajo que se sitúa más allá de una forma clausular de comprender un hecho literario. La intención de este artículo, entonces, consiste en observar el modo en que se asumió el proyecto modernista; adicionalmente, otra línea de sentido propone la idea de que el modernismo prefigura formas expresivas asociadas a la vanguardia poética.
Palabras clave: modernismo, proceso literario, poética, vanguardia.
1. Presentación
Entre las consideraciones iniciales que debemos manifestar, resulta insoslayable aludir el que frente a un fenómeno literario como es el modernismo, la bibliografía que existe sobre el tema y las múltiples vías de su estudio y análisis, habitualmente convergen en un aspecto esencial: su condición de pluralidad en formas expresivas y el simultaneísmo con que emerge en el espacio geográfico hispanoamericano.
No obstante la certeza anteriorcon su implícita invariabilidad, nuestro interés apunta a relevar una variante en ese ámbito, esto es, su condición de un movimiento sometido a sus propias tensiones internas, a lo que se agregan los alcances impensados de su desarrollo. En tal sentido, creemos que la historia que lo explica y la dinámica que asumieron sus estrategias formales se articulan con la mirada de quienes impulsaron su proyecto, que si fue determinado por las condiciones de producción, estas se manifestarán extrañamente desde un fondo contradiscursivo hacia su época. Estimamos que esto aporta en su examen y recepción para asimilarla a una sensibilidad estética.
La instancia que significa estudiar hoy el modernismo literario, constituye, desde tal perspectiva, entrar en un campo de estudios que, en lo global, se somete a una doble modalidad, al enfrentarnos con una línea de trabajo que configura una suerte de diálogo entre la historia literaria y la historia cultural, una línea de trabajo que se sitúa más allá de una forma clausular de comprender un hecho literario, sustentada en la autosuficiencia de la obra1.
La idea de proceso en el contexto de la temática enunciada, entonces, se inscribe en el interés de examinar la forma canonizada de un movimiento, que en su dimensión de dualidad (es decir, literaria y cultural), ofrece distintas lecturas en su recepción. Creemos que su cuestionamiento de inicio significó interpretar las obras primeras como un discurso alterado, un discurso ajeno a América; en este punto, al observar la universalidad que impulsaba el proyecto, esta opera, paradoja I mente, en un momento en el cual se gestaba la conciencia de identidad nacional y continental (segunda mitad del siglo XIX), y donde la expresión literaria formó parte del mismo fenómeno, esto es, una literatura nacional y la expresión americana de una manera en que los escritores construyen su imaginario.
Desde otro nivel, el momento de proceso inaugurador experimentado por el modernismo, su puesta en vigencia, en la terminología generacional, su posterior desarrollo y el fin de ese mismo proceso, pensamos, se resiste a un estudio uniformador. En relación con lo anterior, por ejemplo, si bien es cierto que existe una estética modernista, cuya materialidad son textos, obras, sus múltiples variaciones expresivas no alcanzan a conformar el absoluto que sus propios autores buscaban. Este es un punto clave, pues dadas las diversas orientaciones formales, vemos en algunos escritores la presencia de componentes de lenguaje literario que anuncian la vanguardia, en consecuencia, fue un proyecto que excedió su propia temporalidad. Esto, creemos, sin duda afecta la experiencia de recepción, particularmente el panorama de la poesía hispanoamericana hacia comienzos del siglo XX.
La intención de este artículo, entonces, consiste en observar una zona de problemas, esto es, el modo en que se asumió el proyecto modernista; adicionalmente, otra línea de sentido nos lleva a revisar la concepción del texto literario, en orden a establecer la pertinencia de nuestro planteamiento: en su proceso, el modernismo prefigura formas expresivas asociadas a la vanguardia poética.
Ciertamente, este es un trabajo que aborda un fenómeno amplio y complejo, de modo que antes bien abre una discusión sobre un aspecto que merece ampliarse y, además, observar las particularidades del caso. Es por ello que el acercamiento a obras y autores que hacemos aquí, se enmarca en el contexto de demostrar o ejemplificar en función de nuestra premisa de lectura.