articulo de opinion sobre la quema de basura
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
es esta
Explicación:
Ha comenzado julio y un año más una lacra devastadora, peor que una plaga, azota nuestros montes. Más 8.000 Ha., se han quemado esta semana en el alto Aragón, en la preciosa región de las Cinco Villas. En verano, y también en marzo, son épocas en que se producen los más graves incendios y en mayor cantidad, según un informe del Área de Defensa Contra Incendios Forestales (ADCIF) del Ministerio de Medio Ambiente. Sobre este tema conviene reflexionar por ser de suma gravedad y repetirse cada año por estas fechas.
Decía don Miguel de Unamuno en uno de sus ensayos: “Hubo árboles antes de que hubiera libros, y acaso cuando acaben los libros, continúen los árboles. Y tal vez llegue la humanidad a un grado de cultura tal que no necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles, y entonces abonará los árboles con libros”. Sabias palabras para la reflexión.
Si hoy poca gente se asombra ante un libro, menos lo hará ante un árbol, acostumbrado como está a encontrarse con ellos en todas partes, salvo, desgraciadamente, en el desierto. Pasará ante esa frondosidad sin caer en la cuenta de que es el árbol el que da la vida, el mecanismo natural por el que puede respirar el ser humano. Pero si se para a pensar, caerá en la cuenta de que la presencia de esa planta esbelta, más o menos alta, siempre verde si está sana, encierra un misterio y una fuerza que atrae al ser humano, no sólo porque busque en el árbol la sombra, el fruto, el cobijo, sino porque el árbol, el bosque, encierra un misterio: la armonía, raíces y copas en una latente simetría, en un equilibrio vertical perfecto que abraza el cielo y la tierra por igual, así se extiende al cielo la copa con sus ramas y horquetas, y así se sujeta a la tierra con sus raíces, evitando la tierra que el árbol se caiga y alimentándolo, y evitando el otro que la tierra se desparrame e impida el germinar de las semillas. El misterio de un ser que perdura en el tiempo aparentemente inmóvil pero con una vida que es reflejo de la vida humana. Quizá por eso el árbol ha sido y continúa siendo, en algunas zonas y sociedades, un talismán. En torno a él, a menudo en el centro del pueblo, se reunían los lugareños en asamblea para decidir, los mozos para significar su madurez, las embarazadas de antiguas tribus para parir… En torno al árbol se desarrollaban las fiestas, los juicios y los enterramientos. El árbol es un emblema, testigo de grandes aconteceres y símbolo de la unión del pueblo, v., gr. el árbol de Guernica, bajo el que se proclamaron los fueros de Euskadi, y los tejos centenarios de Asturias... El árbol está presente en muchos escudos, en muchos símbolos, marcando determinadas fechas. Árboles como el roble o la encina, por su robustez y su longevidad, son emblemas de muchos pueblos, de muchas regiones que abarcan varios países, como el olivo en el Mediterráneo. Son su seña de identidad.