América Latina, desarrollo más allá del neoliberalismo
A lo largo de los 200 años de Historia latinoamericana de independencia formal, hemos presenciado un conflicto entre dos modelos: uno enraizado en lo nacional y popular y otro de inserción mundial dependiente, proyecto conducido a beneficio de las élites locales dominantes. Esos dos modelos se han alternado sin una prevalencia clara a lo largo de nuestra independencia, sin que pueda afianzarse desde 1930 ningún modelo de desarrollo sustentable e inclusivo.
Cada vez que los Gobiernos populares han intentado consolidar un proyecto autónomo, diferentes circunstancias internacionales, la oposición de los bloques dominantes vía golpes tradicionales o blandos y las limitaciones y errores propios han impedido la construcción de una patria autónoma y pujante. Y en la trágica alternancia de experiencias populares truncas y proyectos oligárquicos inviables siempre está presente la restricción externa. Si bien los Gobiernos populares del siglo XXI no terminaron en crisis económicas profundas, la renovada restricción externa provocó el regreso de la vieja nueva derecha por vías electorales o pseudolegales.
Cómo evitar la alternancia de los dos modelos en pugna
Un crecimiento que no completó el proceso sustitutivo y un desarrollo ligado tanto al mercado interno como a exportaciones con más valor agregado generaron restricciones y un alto déficit en los Gobiernos populares del siglo XX. Los Gobiernos conservadores y desarrollistas, que promovieron un ajuste y devaluaciones, tampoco lograron generar un desarrollo viable. El neoliberalismo pretendió salvar la brecha externa con endeudamiento y eso devino siempre en crisis. Los Gobiernos populares del siglo siguiente conciliaron el estímulo a la demanda con políticas de equilibrio fiscal y externo y promovieron el desendeudamiento, pero la crisis mundial, así como la insuficiencia y contradicciones del proceso, reintrodujeron la restricción externa.
Un proceso conducido por sectores trasnacionales implica un déficit estructural externo. Se importa más producción y hay una mayor transferencia de utilidades y dividendos y una salida continua de capitales que genera un saldo estructural deficitario, una dinámica solo sostenible con aún más endeudamiento. Por otra parte, un modelo de desarrollo más autónomo no garantiza necesariamente un equilibrio externo; es necesario que el Estado genere reglas e incentivos para nacionalizar lo máximo posible los procesos productivos y que vaya acompañado de una movilización del ahorro nacional, incluido un mayor uso de la moneda local mediante una transformación del sistema financiero para costear inversiones productivas y evitar el endeudamiento externo y las filtraciones del excedente al exterior.
Una nación viable en esta etapa de globalización debe tener escala regional y requiere el concurso de un Estado fuerte que formule una estrategia de desarrollo de medio y largo plazo y ejecute políticas consistentes. Si bien el sector externo ha sido el talón de Aquiles de los procesos de desarrollo nacional, la recurrente restricción externa es siempre el campo de batalla de distintos sectores sociales que pujan por el modelo de nación. Tener bajo control el sector externo es crucial para una estrategia viable. Ello implica no solo una política cambiaria al servicio del desarrollo; requiere además poder consolidar un modelo productivo nacional con un mercado interno fuerte, un avance en las políticas sustitutivas y la generación de cadenas productivas de valor regional que permitan conciliar eficiencia y un uso racional de divisas con competitividad internacional para ampliar y diversificar la exportación.
Estas son, en síntesis, algunas de las bases para superar virtuosamente los límites de las experiencias populares anteriores y revertir definitivamente las falencias que nos han sumergido en modelos antinacionales y antipopulares, que siempre nos hundieron en el abismo.
1. A partir únicamente del texto, qué modelos de desarrollo han entrado en pugna en América Latina y cuáles en términos generales son sus características
2. Qué alternativa, distinta a las expuestas en el texto, podría usted brevemente plantear, para el desarrollo económico de la región. Qué características cree usted que debería tener ese modelo económico nuevo para la región.
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