a que se refiere paisaje lunar en la primera guerra mundial
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La Primera Guerra Mundial fue el primer conflicto industrializado y global del mundo y el uso de nuevas tecnologías como aviones, tanques armados, ametralladoras, granadas y gas venenoso provocó una devastación sin precedentes. Entre 1914 y 1918, fallecieron más de ocho millones de soldados y más de seis millones de civiles. Pero las estadísticas que sorprendieron al arqueólogo Birger Stichelbaut fueron las que muestran cómo se transformó el paisaje en algunas partes de Europa: un tramo de casi 60 kilómetros a lo largo de un frente de 675 kilómetros en Bélgica, por ejemplo, se vio atravesado por más de 4800 kilómetros de trincheras.
«Son cifras gigantescas», afirma Stichelbaut.
Stichelbaut, de la Universidad de Gante, en Bélgica, forma parte de un pequeño grupo de arqueólogos que investigan las marcas físicas que quedan de la Gran Guerra más de un siglo después. Aunque el conflicto se ha documentado en miles de relatos escritos en primera persona, fotografías y rollos de película —y ha sido el tema de innumerables evaluaciones de posguerra—, la arqueología sigue sumando otra dimensión a nuestra comprensión de uno de los conflictos más violentos de la historia moderna.
en Soissons, Francia.
«Todas las personas que fueron testigos de la Primera Guerra Mundial han fallecido», afirma Stichelbaut. «Hoy, el paisaje es el último testigo».
La guerra a vista de pájaro
Algunas de las peores batallas de la Primera Guerra Mundial tuvieron lugar a lo largo del Frente Occidental en Flandes, la región belga de habla flamenca, donde las tropas aliadas y las fuerzas alemanas pusieron en marcha ataques mortales desde sus respectivas trincheras. La región se convirtió en un paisaje lunar durante los cuatro agobiantes años de batalla, pero la reconstrucción de posguerra fue rápida. Muchas huellas de la guerra quedaron intactas y están enterradas a menos de 30 centímetros de la superficie actual.
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La Primera Guerra Mundial fue el primer conflicto industrializado y global del mundo y el uso de nuevas tecnologías como aviones, tanques armados, ametralladoras, granadas y gas venenoso provocó una devastación sin precedentes. Entre 1914 y 1918, fallecieron más de ocho millones de soldados y más de seis millones de civiles. Pero las estadísticas que sorprendieron al arqueólogo Birger Stichelbaut fueron las que muestran cómo se transformó el paisaje en algunas partes de Europa: un tramo de casi 60 kilómetros a lo largo de un frente de 675 kilómetros en Bélgica, por ejemplo, se vio atravesado por más de 4800 kilómetros de trincheras.
«Son cifras gigantescas», afirma Stichelbaut.
Stichelbaut, de la Universidad de Gante, en Bélgica, forma parte de un pequeño grupo de arqueólogos que investigan las marcas físicas que quedan de la Gran Guerra más de un siglo después. Aunque el conflicto se ha documentado en miles de relatos escritos en primera persona, fotografías y rollos de película —y ha sido el tema de innumerables evaluaciones de posguerra—, la arqueología sigue sumando otra dimensión a nuestra comprensión de uno de los conflictos más violentos de la historia moderna.
en Soissons, Francia.
«Todas las personas que fueron testigos de la Primera Guerra Mundial han fallecido», afirma Stichelbaut. «Hoy, el paisaje es el último testigo».
La guerra a vista de pájaro
Algunas de las peores batallas de la Primera Guerra Mundial tuvieron lugar a lo largo del Frente Occidental en Flandes, la región belga de habla flamenca, donde las tropas aliadas y las fuerzas alemanas pusieron en marcha ataques mortales desde sus respectivas trincheras. La región se convirtió en un paisaje lunar durante los cuatro agobiantes años de batalla, pero la reconstrucción de posguerra fue rápida. Muchas huellas de la guerra quedaron intactas y están enterradas a menos de 30 centímetros de la superficie actual.
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