5 trabajos de hombres y mujeres que irrespeten su gran valor como persona
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1. Dimensiones del concepto "Trabajo decente".
Con la Declaración de Filadelfia, la OIT asume la misión de abogar por un trabajo que reúna condiciones de libertad, de dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades para todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o género, en reconocimiento de su derecho a perseguir el bienestar material y su desarrollo espiritual; es decir, su desarrollo integral.
En el contexto de la globalización de mercados, donde algunos consideran que las leyes del mercado son capaces por sí solas de promover el crecimiento, y son casi suficientes para asegurar la estabilidad social y la democracia política (GRUMIAU, 2001), promoviendo la transferencia al mercado mismo, de las funciones del Estado en materia de su regulación, -con todas las consecuencias de carácter social que esta liberalización acarrea- la realidad ha sido muy distinta. Los beneficios, de carácter económico, no se han distribuido de manera equitativa entre los Estados partícipes de este proceso y esta inequidad también ha sido la tónica a lo interno de cada país. “Los beneficiados han sido los sectores que están en mejores condiciones de adaptarse a las nuevas reglas que imponen los procesos de apertura de las economías. En resumen, las expectativas se han cumplido a medias. Se han creado oportunidades pero, lamentablemente, no se han distribuido en forma adecuada.” (BRU, 2004)
La nueva arquitectura financiera, a que hacía referencia el Director General de la OIT en su Informe Anual de 1999, debe ir más allá del crecimiento económico de manera que, a partir del estado actual del desarrollo social de cada país dentro del contexto regional en que está imbuido, considerando su entorno social y político y, el fortalecimiento de las políticas de protección social y de diálogo social, se procuren las medidas compensatorias que permitan contrarrestar o minimizar los efectos negativos de la globalización y potenciar sus efectos positivos, mediante políticas de redistribución que faciliten el crecimiento económico con desarrollo social, es decir que garanticen la justicia social.
Estas políticas de crecimiento económico con desarrollo social no pueden configurarse, si no es a partir de la garantía del trabajo decente para todos los trabajadores. Según lo definiera del Director General de la OIT, (OIT, 1999) “el trabajo decente es el punto de convergencia de sus cuatro objetivos estratégicos: la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo; el empleo; la protección social y el dialogo social.” La promoción del trabajo decente no está referida como algunos pretenden a la creación únicamente de puestos de trabajo, se busca además, que éstos tengan condiciones aceptables para el desarrollo integral del trabajador en su dimensión de ser humano, digno y sujeto de derechos individuales y colectivos fundamentados en esa misma dignidad.