Castellano, pregunta formulada por bella5999, hace 1 año

5 mitos colombianos a través de la literatura​

Respuestas a la pregunta

Contestado por artesolyplaya
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Respuesta: El Guando:  Por los caminos y las montañas de Antioquia y Caldas se ve pasar al Guando, una especie de andamio hecho de tablas o de guadua. Tiene forma de camilla y está cubierto por una sabana blanca, debajo de la cual se supone que va un muerto. Este espanto va acompañado de 4 personas, son  su cortejo fúnebre. Llevan velas y van rezando a su paso. Se escuchan  gritos, lamentos y cantos en su presencia. Se dice que El Guando se le aparece a los avaros.

El ánima sola: Arraigada entre los campesinos y con origen en la colonización, el Ánima sola es el alma de una mujer atormentada. Suele recorrer los caminos con las manos encadenadas y va vestida de blanco. Su aspecto es de cabellos largos y su rostro es atractivo. La tradición señala que esta ánima no desaparecerá hasta que llegue el juicio final. Algunos sostienen que es un espíritu afable, que ayuda a los campesinos a encontrar tesoros.

La Patasola: Vagando en el corazón de la selva, entre matorrales y ríos, vive la Patasola. El alma en pena de una hermosa mujer que enamora a los hombres para luego devorarlos. Tiene una sola pata en forma de pezuña que se transforma según la situación. Se dice que fue una mujer infiel y que deshonró a su familia. Su esposo la encontró en la cama con su patrón y en venganza le cortó su pierna. Desde entonces se dedica a satisfacer su deseo sexual y a devorar incautos.

Explicación:


artesolyplaya: La llorona: Cubierta bajo un manto de horror y desespero, La Llorona es una mujer de rostro huesudo y pelo largo que lleva a un niño muerto entre sus brazos. Se dice que es su hijo, al cual ahogó debido a la miseria y la pobreza. Deambula entre arroyos y riachuelos, arrastrando sus penas y su vestido. A su paso se oyen gritos y lamentos por haber matado a su hijo. Se dice que la llorona roba el alma de los niños como venganza.
artesolyplaya: El hombre caimán: Se origina en el Plato, Magdalena. Se trata de una cabeza humana con cuerpo de caimán. Cuenta la historia que un hombre libidinoso que espiaba a las mujeres en el río, pidió ayuda a un brujo para poder convertirse en caimán y así poder espiar a las mujeres. El brujo le entregó dos pócimas, una para convertirse en caimán y otra para convertirse en hombre. Un día dejó caer la pócima que lo volvía humano y se quedó caimán.
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