3- En el mundo de los siegos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
qu es eso
Explicación:
En el mundo de los ciegos
Respuesta:
¿existiría tanto maquillaje y tanto modelaje? ¿Nos daríamos cuenta entre la pobreza y la riqueza? ¿La palabra sería mas valiosa? ¿Dejarían de importar los gestos? ¿Miraríamos desde el corazón? ¿Sería mas relajante una montaña que una ciudad? ¿Viviríamos mas despacio y atentos?
A veces me imagino siendo un ciego, practicarlo con todas las personas que ya conozco, con todas esas personas que uno ya cree conocer. Nuestra percepción de la visión nos hace asumir mentiras como verdades y verdades como mentiras.
No es necesario perder el sentido de la visión para no ver con claridad, puesto que la mayor parte del tiempo estamos atrapados por las impresiones sensoriales, nos abocamos alocadamente a lo que experimentamos superficialmente.
Nos hemos tomado este asunto muy a la ligera, aceptamos la realidad preestablecida desde que nacemos y continuamos en piloto automático.
Y es verdad, una suave melodía puede ser maravilloso, ver una puesta de sol puede dejarnos sin palabras, una noche estrellada puede emocionarnos, un dulce sabor puede deleitarnos, pero una mente bien establecida y cultivada... una persona consciente de lo que ingresa a través de la puerta de sus sentidos, sabe que esta ante la presencia de una gran responsabilidad, sabe que lo que percibe no es, ni duradero, ni placentero por si mismo. Una persona realmente consciente del mundo interno, no deja su felicidad librada a los estímulos externos, ni le otorga el poder de su felicidad a ningún objeto y persona.
De esta manera, el necio vive embriagado por el placer, buscando siempre buscando, insatisfecho siempre incompleto.
Mientras que el sabio, mora en el presente contento con lo que es, con lo que tiene, disfruta lo que llega y lo que se aleja, no exagera ni dramatiza el mundo de los sentidos, valora y comprende que todo don y regalo debe ser cuidado y cultivado. Se mantiene alerta y alegre en un día de sol, en un día de lluvia, se mantiene dispuesto y compasivo tanto en la riqueza como en la pobreza, acompañado o solitario.
Para aquel que se aboca enteramente al cultivo interior, el mundo externo solo es una morada desde la cual toca aprender y compartir, pero no confunde lo perecedero con lo auténtico, no confunde lo efímero y trivial, con lo profundo y lo importante, no rechaza las experiencias de la vida ni se aferra a ellas.
Despierto, siempre despierto.