2.- ¿De qué manera se fortalece tu familia en la unidad?
3.- ¿Explica con tus propias palabras que significa ser sal y luz de la tierra?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
No entiendo muy bien la primer pregunta pero con mis palabras
La familia fortalece en el aspecto en que es la fuente de apoyo principal en una persona antes de cualquier más, las personas en las que tienes toda tu confianza y es muy importante sentir el apoyo por parte de esas personas para poder alcanzar la felicidad.
2. Con mis palabras el ser sal y luz en la tierra es poder tomar tus propias decisiones en la vida, puede ser afectando a las demás personas o no, el ser sal en la tierra es poder pensar en ti mismo sin importarte las opiniones de los demás y el ser luz es hacer bien en la tierra y ser una "buena influencia" o en cierto aspecto apoyo o un modelo a seguir para las demás personas.
Respuesta:
Ustedes son la Sal
de la tierra; pero si la
Sal pierde su sabor
¿con que se salara? Ya no sirve
para nada, sino para tirarla
fuera y que la pisen los hombres; Ustedes son
la Luz del Mundo, no pueden ocultarse una
Ciudad en la cima de una Montaña, tampoco
se enciende una lámpara de aceite para cubrirla con una vasija de barro; sino que se pone
sobre el candelero, para que Alumbre a todos
los que están en la casa, brille la luz delante de
los hombres de modo que, al ver sus buenas
obras, den Gloria a su Padre que están Cielos”
Dios nos habla:
Oración:
Dialogamos:
LA MISIÓN DE LA FAMILIA EN EL
MUNDO DE HOY
Mt. 5, 13-16
Partiendo
de la cita
bíblica ser luz para el mundo. La familia tiene la
misión de revelar, custodiar y comunicar el
amor. Ese amor es el reflejo del Amor de Dios a
los hombres y del Amor de Cristo a su Iglesia.
Sólo en un ambiente amoroso puede el hombre
aprender a desplegar plenamente su personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a todo
hombre: la santidad. La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren
ordenadamente en su decreto Creador y Salvador. Por su misión, por su origen y por su naturaleza es muy grande la dignidad de la familia. En el plano meramente natural, por voluntad expresa de
Dios, es el fundamento de la sociedad y por eso merece especial solicitud por
parte de la autoridad civil. Pero además, es parte del fundamento de la Iglesia
y uno de los medios querido por Dios para realizar su crecimiento.
La fuerza que unifica a la familia es el
amor. El amor es mucho más que un sentimiento. Los sentimientos son pasajeros, y
están relacionados con factores físicos, biológicos y emocionales que son cambiantes.
El verdadero amor es estable, permanente
y sacrificado. Es el amor lo que convierte la
mera convivencia en la vida familiar. El
verdadero amor abarca la totalidad de la
persona: tiende a hacer a los esposos un
solo corazón y una sola alma (Hch. 4,32);
es fiel y exclusivo hasta la muerte; es fecundo, es abnegado. Es fruto de la caridad
(cf. 1Cor 13). Y debe crecer continuamente.
Los esposos deben quererse con un amor que también sea sobrenatural: porque se ven como un don de Dios del uno para el otro y porque se reconocen
mutuamente como hijas de Dios. De este modo también en el matrimonio se
puede vivir el culmen de la perfección que es la caridad.
La familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas:
a) formando una comunidad de personas;
b) Estando al servicio de la vida;
c) Participando en el desarrollo de la sociedad; y,
d) Participando en la vida y misión de la Iglesia.
En la familia cristiana se aprende virtudes y valores que encierra el Evangelio,
convirtiéndose así en una comunidad de santificación. La familia tiene una
misión específica de gran relevancia dentro de la sociedad, de ahí la conciencia que deben tomar los padres en formar a los hijos, enriqueciéndolos con
valores espirituales y morales que los preparen para enfrentar el mundo actual con tantos peligros que desvían del camino correcto.
Fundamentamos el tema:
La Familia cristiana debe aceptar, apoyar y querer, pero también educar, estimular y proyectar
a sus miembros, de esta manera los padres se
convierten en verdaderos testigos de evangelización, ya que son ellos los primeros que viven e
invitan a vivir a sus hijos la Fe, sin necesidad de
llegar a realizar grandes obras, sencillamente
viviendo el respeto, el amor, la comprensión y la
responsabilidad como cristianos. El Valor de la
Familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental, y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad
al diálogo y a la convivencia, en un marco de respeto; haciendo un esfuerzo
por cultivar los valores de la persona misma y así trasmitirlos y enseñarlos.
Cada familia cristiana es una iglesia doméstica y como tal, es un equipo en el
que cada miembro es único y posee cualidades y habilidades que le permiten
crecer; es por eso, que está llamada a poner al servicio de la sociedad su propio ser, sus acciones con la finalidad que se desarrolle con miras al bien común. Esto es nuestra misión como familia y como Iglesia en el mundo. La
familia se construye día a día, con aciertos y desaciertos, que hacen de lo
aprendido una experiencia inescrutable que va sirviendo y tomando forma
para moldear a cada uno de los integrantes del hogar de acuerdo a los principios que se van enraizando dentro de la misma con iluminación divina. Por lo
mismo será reflejado en la sociedad donde cada uno de los integrantes accionarán lo aprendido en familia; de esta manera seremos eco de las palabras
sonantes que Cristo proclamó: “VAYAN POR EL MUNDO Y PROCLAMEN EL
EVANGELIO A TODA CRIATURA” (Mt. 28,19-20). Vivir el amor de Dios en
familia, en oración, alimentándonos de su palabra y ejerciendo con autoridad
ejemplar los valores morales cristianos, nos hará cambiar de actitud, para ser
una verdadera comunidad de vida y de amor, transformando de esta manera
toda una sociedad
Explicación:
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