10 poemas largos de un Poeta Nariñense
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QUERELLAS
Querellas que usufructúan el ritmo de la noche
y juegos dulces en el abismo de las búsquedas,
afán por expresar que las caricias no bastan
y sin embargo
el humo de las esquinas
revive el vuelo de los temores acallados.
A fuerza de envoluturas transparentes
el rincón del reflejo:
arcos reducidos, pórticos,
lechos felices y sábana imprecisa
emergen del andamiaje que recorre
la noche con aplomo:
temblores ataviados de tibieza, amores perdidos
y duro insomnio ejercen la lluvia,
como gotas que pernoctan en el abismo y las sandalias.
Y ENTONCES
Y entonces,
casi perdida en la luz de las búsquedas,
por momentos boca
asuntos ajenos
tiempos,
hablas en la sol y sombra de una esquina
sintiendo la lluvia
acaballada en el lomo de los reflejos.
Entre la tarde y la tierra
tu piel,
las palabras,
los silencios,
no dejan de fluir sobre líneas desencajadas.
Casi presente en la mañana
sol y sombra
oscilas bajo las gotas
que sonríen entre tus dedos.
Y ambos
ataviados del abismal misterio,
placer frente a la concha
deseos derramados
construimos el mundo sobre las crestas de tus senos
que también tienen fin.
- Mario Eraso
MI ALBA FANTASTICA
Mi alba fantástica
alba que da paso a las buenas mañanas,
regando con su boca lluvia
todos los rincones de mi desnudez flotanteÑ
hemos unido las manos y hemos
alborotado los poros con encuentros
lúdicos, transparentes, densos,
universalizando el sudor, extraviándolo,
como se extravían las huellas en la piel
insatisfecha,
antes de encontrar la propia sábana.
El frío ha derrumbado tantas pasiones con su
chocante ardid y desgarrado,
el hombre menor ha destruido
vastos territorios de siembras y enlaces
enjaulando la suavidad
rotulando el encantao y
relegando el afecto a un hueco donde
yace la fantasìa del primer desenfreno.
Rehacemos, los verdaderos hombres reconstruimos
insustituibles argumentos que nos lanzan sobre
vertientes juguetonas y de mágicos alcances,
entregados estamos a la firmeza de amarnos
rodeados de ternura, sonriendo y felices porque
aún quedan alcatraces esperando.
- Mario Eraso
Querellas que usufructúan el ritmo de la noche
y juegos dulces en el abismo de las búsquedas,
afán por expresar que las caricias no bastan
y sin embargo
el humo de las esquinas
revive el vuelo de los temores acallados.
A fuerza de envoluturas transparentes
el rincón del reflejo:
arcos reducidos, pórticos,
lechos felices y sábana imprecisa
emergen del andamiaje que recorre
la noche con aplomo:
temblores ataviados de tibieza, amores perdidos
y duro insomnio ejercen la lluvia,
como gotas que pernoctan en el abismo y las sandalias.
Y ENTONCES
Y entonces,
casi perdida en la luz de las búsquedas,
por momentos boca
asuntos ajenos
tiempos,
hablas en la sol y sombra de una esquina
sintiendo la lluvia
acaballada en el lomo de los reflejos.
Entre la tarde y la tierra
tu piel,
las palabras,
los silencios,
no dejan de fluir sobre líneas desencajadas.
Casi presente en la mañana
sol y sombra
oscilas bajo las gotas
que sonríen entre tus dedos.
Y ambos
ataviados del abismal misterio,
placer frente a la concha
deseos derramados
construimos el mundo sobre las crestas de tus senos
que también tienen fin.
- Mario Eraso
MI ALBA FANTASTICA
Mi alba fantástica
alba que da paso a las buenas mañanas,
regando con su boca lluvia
todos los rincones de mi desnudez flotanteÑ
hemos unido las manos y hemos
alborotado los poros con encuentros
lúdicos, transparentes, densos,
universalizando el sudor, extraviándolo,
como se extravían las huellas en la piel
insatisfecha,
antes de encontrar la propia sábana.
El frío ha derrumbado tantas pasiones con su
chocante ardid y desgarrado,
el hombre menor ha destruido
vastos territorios de siembras y enlaces
enjaulando la suavidad
rotulando el encantao y
relegando el afecto a un hueco donde
yace la fantasìa del primer desenfreno.
Rehacemos, los verdaderos hombres reconstruimos
insustituibles argumentos que nos lanzan sobre
vertientes juguetonas y de mágicos alcances,
entregados estamos a la firmeza de amarnos
rodeados de ternura, sonriendo y felices porque
aún quedan alcatraces esperando.
- Mario Eraso
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