Ciencias Sociales, pregunta formulada por jhonescajadillo1412, hace 16 horas

ya no tengo tiempo de hacerlo ayudaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa plissssssssssssssssssssss es solo un re4sumen de las primeras 10 hojas de este pdf que el la obra de el sexto solo quiero un resumen de las primeras 10 hojas me ayudassss porfa doy corona enserio a quien me lo haga....

Adjuntos:

jhonescajadillo1412: yaaaa ahora si ya estan alli las xapturas de pantalla ayuda plisssssssssss @andres22garcia80

Respuestas a la pregunta

Contestado por andres22garcia80
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Explicación:

La obra plantea un escenario en una prisión describiendo describiendo lo que observan a medida que van caminando.

Empieza con el ingreso de Gabriel Osborno a la prisión y lo primero que oye es la canción de “La Marsellesa De Los Apristas” que es cantada por los presos políticos del tercer piso.

Gabriel es conducido al pabellón de los presos políticos y es introducido en una celda.

Alejandro cámac Jiménez y Gabriel serán compañeros de celda. Cámac, a medida que pasaban los días, le fue enseñando a los presos uno por uno: Maraví, el amo del sexto; el Negro Puñalada, el Piurano, Rosita, el Pato, el Pacasmayo, entre otros.

También le dice que en el primer pabellón están los vagos (2º piso) están los delincuentes mas avezados (violadores, asesinos, estafadores) y en el tercer piso, se encuentran los presos políticos.

A medida que nos aproximábamos, el edificio del Sexto, crecía. Íbamos en silencio. Se entonó las primeras notas de la “Marsellesa aprista” y luego la “Internacional”. El Sexto con su cuerpo, estremeciéndose, cantaba, parecía moverse. El hombre que estaba delante de mí, lloraba, era del Cuzco de la misma lengua que yo. Cantaban toda la noche sin confundirse, ni equivocarse jamás. Me tocó de compañero de celda Alejandro Cámac, un carpintero de las minas de Morococha. Era alto y flaco; de cabellos erizados y gruesos, tenía un ojo sano y el otro nadaba en lágrimas. Al amanecer del día siguiente escuche una armoniosa voz de mujer. Era “Rosita” una gay ladrón. Famoso como Maraví y “Pate ‘cabra”. Un grito prolongado se oyó en el Sexto; la última vocal fue repetida con voz aguda. Es “Puñalada” me dijo Cámac. Está llamando a Osborno. El grito se repitió: ¡Que d´ese Osbornóóó! “Puñalada” era muy alto, en algo influía su estatura, o lo ayudaba, a dar naturalidad a esa manera como premeditada y despectiva de mirar a la gente. ¡Nadie es como él, asesino! Vino desde el fondo del penal un individuo bajo, gordo, achinado. ¡Maraví! El otro amo del Sexto. Alejandro Cámac odiaba a los gringos ¡Balas y billetes es la patria del gringo! Decía. Había hablado mucho y se sentía mal, vino Pedro y nos acompañó hasta la celda donde le hice recostar sobre mi cama. Me di cuenta que Cámac estaba enfermo. Pedro tiene miedo de que te contagie. No estoy para eso todavía, no tengo el bacilo me dijo. La voz de “Rosita”. Cantó de nuevo, caminaba al modo de las mujeres delgadas, movía las caderas y la cintura provocativamente. Dicen que está enamorado del Sargento. El Sargento es un hombrazo y viene por estupro.

Un sargento, subió al tercer piso ¿Hay un muerto aquí? Vendrá una ambulancia a recoger el cadáver. Ya saben nada de bullanga. Todo en orden. Pedro dijo: mi tarima cabe en el primer piso allí depositaremos el cadáver. Lo envolvieron en una sábana y marcharon, cargándolo con cuidado. Los comunistas estaban formado en el corredor, de dos en el fondo. Los apristas ocupaban todo el corredor de enfrente. Llevaron el cadáver despacio: Pedro dio la primera voz del himno. “Arriba los pobres del mundo…” Cuando cesó el canto el gran penal estaba en silencio. “Camaradas y amigos”. La voz de Pedro suave no brillante, se alzó en el penal. Se presentó en ese instante doce guardias al mando de un teniente disparó varios tiros al aire. Ninguno de los presos políticos se movió. Los vagos huyeron. Puede usted desahogarse teniente. No nos moveremos. Estamos en el Sexto. Los cuatro hombres que hacían guardia junto a la tarima, alzaron el cadáver que fue despedido entre vivas. Luego dos guardias cargaron a Cámac, en dirección a las oficinas. Ese mismo día sacaron arrastrando el cuerpo de japonés. Había muerto. Los dos cuerpos fueron arrojados en un camión.

El médico dijo que a Cámac le había dado un ataque al corazón. En una de las celdas habló con Ferrés, que estaba muy pálido. El médico dijo que por la tarde vendrían por él, es grave, aunque puede sanar. Tiene agua en el vientre. Por la tarde como había prometido el médico la ambulancia vino por él. Ferrés era un comerciante, mestizo, ingenuo, y al mismo tiempo muy práctico. Cuando llegó a la reja Ferrés volvió la cara hacia nosotros. Estaba descontento. Desde la muerte de Cámac y la triunfal ceremonia con que le despedimos, los apristas se aislaron más. El tercer piso quedó perturbado algo silencioso. Un golpe de la gran reja me devolvió al Sexto. Vi, espantado, que el cabo entregaba a “Puñalada” un muchacho como de catorce años. ¡Cabo! Le dije. Ese muchacho que ha entregado usted a “Puñalada” es un niño. Lo van a dar de baja. ¡Lo hago responsable! Bajé al segundo piso, corrí a la celda del piurano.

Entre sin llamar. ¿Me ayudarías a salvar a un niño? Le dije. ¿Aun niño? Le conté entonces lo que acababa de ocurrir en el Sexto. Caminábamos por el corredor del tercer piso. Torralba se detuvo. Algo sucede con el “Clavel” dijo. ¡Mira! Cinco hombres habían formado fila en su celda ¡Ya no! Dijo el “Clavel” levantó la cortina sin decir una sola palabra, no prendió la luz. El chico iba llorando.


andres22garcia80: El texto no se alcanza a leer nada solo pude leer la primera parte y entiendo que es una cárcel peruana dónde viven unos prisioneros muchas incomodades pero no sé logra leer
jhonescajadillo1412: nooooo que mal igual gracias
jhonescajadillo1412: te lo agradezxo
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