ya no ser amiga de mis amigas q son mala influencia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
No necesariamente
Explicación:
Ese no seria el caso, pueden seguir siendo amigas, porque la que controla tus actos eres tu misma, simplemente no te dejes llevar por las cosas malas que hacen ellas.
Explicación:
Los amigos de este tipo nos generan “amistades enfermizas”, que son como una especie de “mala junta” como dicen hoy los adolescentes y nada tiene que ver con la edad. Todos tenemos alguna que otra amistad que nos produce malestar o con la cual nos identificamos a tal punto de perder la noción de nuestro nombre, ya sea por miedo a perder el afecto o la tregua que tenemos con ellos.
Identificar malas influencias
Para reconocer a las personas que pueden llegar a ser una mala influencia en nuestra vida, tenemos que tener en cuenta ciertas características que las evidencian. Por ejemplo; suelen tener argumentos convincentes para lo que hacen o dicen; así su discurso puede ser encantador y elocuente.
Por lo general, les cuesta ver felices a los demás. Sienten que eso es injusto y consideran que el éxito ajeno es producto de malversaciones, corrupción o engaños, contaminando la opinión de los demás. Sin embargo, estas personas tienen pocos logros, probablemente sus familias pueden estar en conflicto permanente, duran poco en sus trabajos y saben dar la excusa perfecta para justificar sus fracasos. Siempre nos hacen sentir culpables por nuestros logros, o subestiman toda actividad en la que hayamos sobresalido.
Si ya hemos identificado a la amistad que tiende a encajar con estas cualidades, sería interesante tener en cuenta que compartir o mantener cerca a personas con estas características nos vuelve vulnerables y nos incita a tener esa “onda” de crítica expansiva.
Aunque tengamos plena conciencia de eso y hayamos aceptado a esas personas con esos “defectos” y consideremos que nuestra identidad está anclada en un tipo de pensamiento o fundamento inalterable, inevitablemente el ambiente genera ciertas influencias.
Los daños visibles se pueden dar en varios contextos de la vida. Reconocer que una persona es mala influencia es necesario para alejarnos de su pulsión destructora disfrazada de lealtad. Por ejemplo, por nombrar cotidianeidades, una persona que nos induce a comer y beber en exceso o que nos incita al uso de drogas, alcohol, o nos distrae para que dejemos de hacer ejercicio, descansar, estudiar, trabajar o cultivar el espíritu, es una toxina para la identidad.
Además de la salud o el estilo de vida, existen personas que tienden a destruir todas las relaciones valiosas y significativas de los otros para ser el centro de atención. Esto se da cuando constantemente nos hablan mal de otros amigos o familiares o son paranoicos. Cuando nos instan a maltratar a la pareja con indiferencia o agresividad. Cuando nos manipulan para que rompamos ciertas relaciones, ya sean de amistad o laborales, destruyendo nuestro rendimiento (por ejemplo, cuando un grupo de amigos promueven el ocio, la irresponsabilidad, la haraganería o la pérdida de tiempo).