Vinculación de la mujer en actividades laborales en la actualidad
Respuestas a la pregunta
La incorporación masiva de la mujer al trabajo
valorado y remunerado, es uno de los aspectos
que más han incidido en los cambios de su condición social, política, jurídica y económica. El
incremento y la expansión del número de mujeres que trabajan en actividades remuneradas es
un fenómeno mundial: “Sus causas económicas
y sociales no han sido examinadas con exactitud”1
, pero es claro que éstas, responden a necesidades que en lo individual, se vinculan a necesidades de supervivencia por una parte, y por otra,
como un esfuerzo de superación tanto personal
como social.
Aunque sea en forma breve hay que mencionar,
que en un principio, cuando el hombre pasó de
su interacción nómada a una más estable con base
en la recolección, apareció una primera división
social del trabajo: si en la etapa anterior, de cazadores nómadas “se necesitaban todos”, en la nueva etapa de base recolectora y propiciatoria de la
agricultura, ocurre una manera de apropiación y
una división social del trabajo: la división social
signada por su condición de reproductora, orientó a la mujer al cuidado de los niños y a la vez a
la transmisión de pautas de cultura y a procesos
de instrucción, siendo la mujer la responsable de
la formación, y en consecuencia de la educación
de nuevas generaciones.
A esta segregación originaria, se sucedieron las
relacionadas con los regímenes esclavistas y feudales, que no sólo la relegaron, sino la trataron
con prácticas denigrantes. La revolución industrial la recuperó para el trabajo, pero en condiciones muy ajenas a la condición humana.
Tradicionalmente en el ámbito familiar, el cuidado de los hijos y los quehaceres domésticos fueron considerados como exclusivos de la mujer,
éste era el ámbito destinado para ella, desde niña,
se le preparaba para más adelante cuando se casara estuviera “capacitada”, para asumir este papel en forma satisfactoria.
Las formas en que las mujeres “salen de sus hogares” y se incorporan a la vida laboral, ocurre de
manera igual, con la realización de “sus” responsabilidades en casas ajenas y de manera remunerada. Otra mecanismo es su escolarización, que le
permite la visión de otros espacios laborales a los
cuales acceder. No olvidemos el papel revolucionario que mostraron históricamente en compañía
de los hombres o en sus luchas feministas.
Cada día la mujer tiene una participación más
activa en tareas económicas y productivas, es innegable y así lo demuestran las estadísticas. El
aumento de dicha participación en actividades
generadoras de ingresos, tiene su origen en los
cambios sociales y económicos que se han dado
en nuestro país, estos hechos han generado cambios a su vez en la fuerza de trabajo femenina; en
algunas regiones del país hay apertura de fuentes
de trabajo, que incorpora preferentemente mano
de obra femenina; ejemplo de ello son las maquiladoras de la denominada industrialización
rural en el Occidente y en el corredor industrial