versos de poetas de la Primera Guerra Mundial
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
“Dulce et Decorum Est” de Wilfred Owen
Doblados a la mitad, como viejos vagabundos bajo harapos,
Las rodillas juntas, tosiendo como ancianas, nos arrastramos maldiciendo por el fango
Hasta que al llegar a los tormentosos destellos de las bengalas nos volteamos
Y empezamos a remolcar nuestros cuerpos hacia el distante descanso.
Marchábamos dormidos. Muchos habían perdido sus botas
Y cojeaban sobre sus restos sangrientos. Todos a medio paso; todos ciegos;
Embriagados de fatiga; sordos hasta a las vivas
De las decepcionadas bombas que caían a nuestras espaldas.
¡Gas! ¡GAS! ¡Rápido muchachos! – Un éxtasis de ajetreo,
Ajustándose torpemente los cascos justo a tiempo
Pero alguien seguía gritando todavía y se tambaleaba
Naufragando como un hombre en llamas o a carne viva –
Tenuemente, a través de la máscara empañada y la espesa niebla verdosa,
Como en un mar verde, lo vi ahogándose.
En todas mis pesadillas, ante mi vista impotente,
Se abalanza hacia mí, sus pulmones como brasas, sus pulmones como alcantarillas, luchando por respirar.
Si en algún asfixiante sueño tú también pudieras marchar
Tras la carretilla en la que lo arrojamos,
Y pudieras ver sus blancos ojos tiritando,
Su rostro colgando como un demonio vomitando pecados,
Si pudieras oír, a cada sacudida, la sangre
Regurgitando desde sus pulmones calcinados,
Obscena como el cáncer, amarga como el sabor
De la bilis, incurables llagas en inocentes gargantas -
Amigo mío, no serías capaz de decir con tanto fervor
A los niños sedientos de desesperada gloria
Esa vieja Mentira: Dulce et decorum est [Dulce y decoroso es
Pro patria mori [morir por la patria].
Explicación: