Historia, pregunta formulada por kimberlylema924, hace 6 meses

VERSION CORTA DE EL CONDOR DE FUEGO,
PORFAVOR AHORITA LO NESECITO

Respuestas a la pregunta

Contestado por reyeskarla40
1

Respuesta:

Hace mucho tiempo, un hombrecillo llamado Inocencio, que era tan bueno y candoroso como su nombre, trabajaba en los fértiles valles de Pozo Amarillo, en plenos Andes.

Cerca de Inocencio, vivía otro hombre de nombre Rufián. Rufián, al contrario de Inocencio, era un hombre ambicioso y malvado.

Una tarde que Inocencio volvía de su trabajo, encontró caída junto a una roca a una pobre india vieja que se quejaba de terribles dolores.

—¡Pobre anciana! —exclamó nuestro hombre, y levantándola del suelo, se la llevó a su choza, donde la atendió lo mejor que pudo.

Explicación:

espero que te sirva


kimberlylema924: MUCHAS GRACIAS
reyeskarla40: denada
kimberlylema924: JIJI
kimberlylema924: GRACIAS ME SIRVIO
Contestado por alvarezpereznatalia1
1

Respuesta:

Hace mucho tiempo, un hombrecillo llamado Inocencio, que era tan bueno y candoroso como su nombre, trabajaba en los fértiles valles de Pozo Amarillo, en plenos Andes. Cerca de Inocencio, vivía otro hombre de nombre Rufián. Rufián, al contrario de Inocencio, era un hombre ambicioso y malvado. Una tarde que Inocencio volvía de su trabajo, encontró caída junto a una roca a una pobre india vieja que se quejaba de terribles dolores.

Esos tesoros, por una tradición de mis antepasados, deberán caer en manos de un hombre bueno y generoso. Y diciendo estas últimas palabras, la vieja india cerró los ojos para siempre. Mucho lloró Inocencio la muerte de la anciana, y cumpliendo sus deseos la enterró junto a su cabaña, después de sacarle el anillo de la piedra verde y la llavecita que guardaba sobre su pecho. Al día siguiente empezó su camino, en busca del Cóndor de Fuego.

Pero la desgracia rondaba al pobre Inocencio. El malvado Rufián, que había escuchado tras la puerta de la cabaña las palabras de la india, acuciado por una terrible sed de riquezas, no vaciló ni un segundo en arrojarse como un tigre furioso sobre el indefenso labrador, haciéndole caer desvanecido. Miró hacia los cielos y vio con asombro un monstruoso cóndor que desde lo alto lo contemplaba con sus ojos llameantes. Su cuerpo era cuatro veces mayor que los cóndores comunes y su plumaje, rojo oro, parecía sacado de un trozo de sol.

Su pico alargado y rojo se abría de cuando en cuando, para dejar pasar un grito estridente que paralizaba a todos los seres vivientes de la montaña. Rufián tembló al verlo, pero, repuesto en seguida, alzó la mano derecha y le mostró el precioso talismán de la piedra verde. El Cóndor de Fuego, al contemplar la misteriosa alhaja, detuvo su vuelo de pronto y se quedó como prendido en el espacio. Después voló sobre Rufián y tomándolo suavemente entre sus enormes garras lo elevó hacia los cielos.

El Cóndor lo transportó por los aires, en un viaje de varias horas, hasta que, casi a la caída del sol, descendió a gran velocidad sobre las mismas cumbres de la enorme montaña llamada del Aconcagua. Mientras preparaba los cartuchos, el Cóndor de Fuego lo contemplaba en silencio desde muy cerca, y sus ojos fulgurantes parecían desconfiar del nuevo poseedor de la alhaja. Rufián, sin recordar al monstruo e impulsado por su codicia sin límites, prendió fuego a la mecha y muy pronto una terrible explosión conmovió la montaña. El Cóndor de Fuego, el eterno guardián de los tesoros que indicara la india Quitral, al darse cuenta de que el poseedor de la piedra verde desconocía el secreto de la llave de oro, con un bramido que atronó el espacio, cayó sobre el intruso y elevándolo más allá de las nubes, lo dejó caer entre los agudos riscos de las montañas, en donde el cuerpo del malvado Rufián se estrelló, como castigo a su perversidad y codicia.

Desde entonces, el tesoro del Cóndor de Fuego ha quedado escondido para siempre en las nevadas alturas del Aconcagua y allí continuará, custodiado desde los cielos por el fantástico monstruo alado de plumaje rojo oro como los rayos del sol.

Explicación:

Cerca de Inocencio, vivía otro hombre de nombre Rufián. Rufián, al contrario de Inocencio, era un hombre ambicioso y malvado. El malvado Rufián, que había escuchado tras la puerta de la cabaña las palabras de la india, acuciado por una terrible sed de riquezas, no vaciló ni un segundo en arrojarse como un tigre furioso sobre el indefenso labrador, haciéndole caer desvanecido. Rufián tembló al verlo, pero, repuesto en seguida, alzó la mano derecha y le mostró el precioso talismán de la piedra verde.

Después voló sobre Rufián y tomándolo suavemente entre sus enormes garras lo elevó hacia los cielos. Rufián, sin recordar al monstruo e impulsado por su codicia sin límites, prendió fuego a la mecha y muy pronto una terrible explosión conmovió la montaña. El Cóndor de Fuego, el eterno guardián de los tesoros que indicara la india Quitral, al darse cuenta de que el poseedor de la piedra verde desconocía el secreto de la llave de oro, con un bramido que atronó el espacio, cayó sobre el intruso y elevándolo más allá de las nubes, lo dejó caer entre los agudos riscos de las montañas, en donde el cuerpo del malvado Rufián se estrelló, como castigo a su perversidad y codicia.

Explicación:

DAME CORONA PLISS


kimberlylema924: GRACIAS PERO NESESITO VERSION CORTA
reyeskarla40: me lo copio pero le agregomas historia
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