Geografía, pregunta formulada por mariagonzalez9999, hace 1 mes

ventajas y desventajas de el arco indígena​

Respuestas a la pregunta

Contestado por lidsaytomala
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Respuesta:

Al hablar de la conquista de América es inevitable que acudan a la mente una serie de imágenes recurrentes. En ellas, se suele ver a los españoles ataviados con coraza y morrión mientras avanzan valientemente por la selva con sus armas de fuego en ristre. Sin embargo, y aunque este retrato es en gran medida cierto, la realidad es que los arcabuces utilizados por los hispanospara la colonización no se usaron mucho en el continente durante el SXV y el SXVI debido a su alto precio y a la gran cantidad de tiempo que se necesitaba para recargarlo –algo que provocaba que, por cada bala disparada por un castellano, un nativo lanzara más de 20 flechas contra él-.

Corría por entonces la primera década del SXVI, una época en la que buena parte del planeta era desconocida para los europeos.

Aquellos eran tiempos de verdadera aventura en los que cientos de españoles partieron hacia el denominado Nuevo Mundo acompañados de espadas, alabardas, alguna que otra arma de fuego y, sobre todo, de una valentía que les llevaba a marcharse de la Península dejando todo aquello que amaban tras de sí. Su objetivo no era otro que asentarse en una tierra descubierta hacía poco más de dos décadas y cuya colonización era necesaria para que la región se convirtiera en un súbdito productivo de la corona.

Explicación:

El conquistador y su armamento

Sin embargo, para expertos como Juan Sánchez Galera (coautor de « Vamos a contar mentiras. Un repaso por nuestros complejos históricos» -libro editado por « Edaf»-) se ha tendido a deformar la imagen de aquel sujeto que, un día, recogía sus escasos objetos personales y se embarcaba hacia América en un viejo barco destartalado. Para empezar, el escritor considera que se suele creer que al Nuevo Mundo viajaron soldados armados hasta los dientes sufragados por el rey de España, cuando realmente la mayoría de personas que atravesaron el Atlántico no eran más que colonos que pretendían asentarse en Sudamérica e hidalgos de baja estofa con necesidad imperiosa de conseguir algo de efectivo.

«Hay dos perfiles bien diferenciados de personas que viajaron a América. El primero es el hidalgo, alguien de noble cuna que era un segundón porque no iba a heredar nada. Era un sujeto que tenía apellido pero no tenía dinero y necesitaba, por ello, hacerse con un patrimonio y labrarse un futuro. Al mismo tiempo, también viajaron a América los típicos labriegos andaluces, extremeños… que no tenían ni un apellido importante ni dinero y querían trabajar. Pero lo que está claro es que el perfil del conquistador no es el de un soldado al que el rey pagaba para que acudiera al Nuevo Mundo, sino una persona que viajaba libremente y no era un funcionario», afirma, en declaraciones a ABC, Juan Sánchez Galera.

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