valores y enseñanza de la obra rojo y negro
Respuestas a la pregunta
Explicación:
En tiempos como el que vivimos, donde las novelas abundan y los segundos dedicados a la lectura escasean, intentar la revisión de una de las obras de Stendhal resulta casi un acto deliberado de academicismo. Convertidas en estatuas de papel, muchas de las obras clásicas parecieran ser patrimonio exclusivo de aquellos dedicados a tareas intelectuales lejanas al común de la sociedad. ¿Cómo volver entonces a valorar los clásicos en un mundo que ofrece tan vasto y variado mercado literario, en el cual todas las preferencias parecieran estar cubiertas? En primer lugar, perder el miedo a la complejidad y la extensión de las obras clásicas es algo primordial. Luego, el descubrimiento de la riqueza de un clásico del canon literario universal no sólo es posible para el literato o el estudioso, sino que también lo es para el lector que no ha perdido aún la capacidad de asombro. Esto situará al lector en una dimensión de provocativa alteridad, la cual lo conducirá a apreciar la amplitud temática y la contingencia de las obras clásicas, cuyo carácter de “clásico” se debe precisamente a que jamás se agota en su contenido, sino que continuamente es susceptible de ser objeto de nuevas e inagotables miradas.
Rojo y negro, de Stendhal, es una novela que puede ser considerada con toda propiedad como un clásico. Sin embargo, su valor pareciera haberse olvidado, y es recurrente ver a uno de sus ejemplares inclinarse ante el abrumador polvo en algún estante de librería. Si bien es cierto que no es propio de una reseña el convertirse en apología, una defensa objetiva del valor literario de un clásico algo olvidado no me parece que caiga en dicha nomenclatura. Ergo, considero inevitable, antes de proceder con el contenido de la novela, hacer una pequeña mención a su valor como fuente.
¿Qué puede aportar, en este caso, una novela a la historiografía? Si nos remitimos al subtítulo de “Crónica del siglo XIX” que originalmente Stendhal decidió colocar bajo el título de su novela Rojo y negro, evidentemente algo hay que decir desde un punto de vista histórico. Y es que Henri Beyle –el hombre detrás del seudónimo de Stendhal- no sólo logra mostrar con acuciosa minuciosidad el aspecto psicológico característico de cada personaje de su novela, sino que también es un excelente retratista de la sociedad decimonónica francesa.