Religión, pregunta formulada por aishaalilopez, hace 5 meses

valores éticos, religiosos, culturales, cívicos y estáticos durante la pandemia.​

Respuestas a la pregunta

Contestado por juansebastiancamargo
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Respuesta:

Estamos viviendo, lo sabemos todos, uno de los cambios más grandes de la historia humana: la globalización en un mundo digital, adobada –y es lo mas grave– con la pandemia cruel del coronavirus, cuyo final no atisbamos todavía, que nos llena de dolor y muerte, y nos dejará recesión, angustia e incertidumbre. Un duro presente alimentado por lo que Muñoz Molina ha llamado el «guirigay neurótico de las redes sociales», un tumulto reconvertido en una especie de poderosa fuerza interna «que provoca en uno mismo la impaciencia de compartir o de contestar, de atacar o defenderse, de emitir una opinión tajante cada dos minutos…».

 

Estamos viviendo, sin duda, un cambio de época y un proceso repleto de interrogantes y desconfianza. El futuro de los seres humanos está siempre lleno de dudas y, por eso, también de miedos. Por nuestra propia naturaleza, y porque nos enfrentamos a los azarosos movimientos de la historia, frente a la que casi siempre nos encontramos desprotegidos y a la intemperie. Conocemos, seguramente, los problemas, pero no sabemos cómo resolverlos, tampoco los dirigentes. Hemos optado por convivir con ellos y eso nos está llevando a una peligrosa y creciente desconfianza en las instituciones, los gobiernos, las empresas y los medios de comunicación, y seguimos viviendo cada día –no sin esfuerzo–, en un mundo donde la única certeza que atesoramos los humanos es la propia certeza de la incertidumbre. Dicen los todólogos, que son sabios y siguen oficiando en todos los medios, que después del COVID-19 ya nada será lo mismo y habremos de vivir un mundo diferente… y no sabemos si para mejor.

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Contestado por lola0847
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Como prácticas individuales sugiero las siguientes: Primero, no fomentar el odio y el desprecio a otras personas mediante bulos, comentarios en redes sociales, rumores no confirmados y demás mensajes insidiosos. En lugar de esto, transmitir únicamente mensajes de esperanza, de cariño, de buen humor. Segundo, debemos hacer un uso racional de los recursos disponibles, sin despilfarros de comida, sin gastos arriesgados como apuestas y juegos de azar, etc. Tercero, ayudar a los demás en la medida que esté en las propias manos, empezando por las personas más necesitadas (vecinos que viven solos, familiares que pasan apuros económicos, amigos que necesitan compañía y consuelo, etc.). Cuarto, comprometerse con la denuncia de abusos e injusticias que podamos observar en nuestro entorno más próximo (familia, empresa, municipio, organizaciones políticas y sindicales, etc.) y en el entorno más amplio (provincia, país, mundo). Quinto, comprometerse, cada uno en la medida de sus posibilidades, en hacer avanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (agenda 2030). Sexto, descubrir que todos podemos aportar algo a los que nos rodean, que todos somos valiosos para el bien común; disponernos a dar esa aportación como personas, como ciudadanos y como profesionales, dando el mejor ejemplo que seamos capaces de dar.Respuesta:

Explicación:

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