Valor literario, lingüístico y social de "Horas de lucha" de Manuel Gonzales de Prada
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1. ANALISIS DE LA OBRA LITERARIA - PAGINAS LIBRES I.- ANÁLISIS EXTERNO 1.1. Biografía del Autor: Nació en Lima en 1848 y falleció en la misma ciudad en 1818, Es uno de los ensayistas que influyeron poderosamente en las generaciones del Siglo XIX. Cultivo la prosa con elegancia, escribió, discursos y ensayos con sana y morosidad, dedicándose fundamentalmente a criticar los vicios de los políticos y la vida social del país. Gonzáles Prada, fue también notable poeta, que contribuyo a renovar la poesía peruana. José Carlos Mariatigui, lo consideran como el primer instante lucido de la conciencia del Perú. Otros lo consideran como más combativo por arte que por temperamento, considerándolo como gran figura Literaria. Es la figura más discutida e influyente en las letras y la política del Perú en el último tercio del siglo XIX. Su obra de poeta, pensador, ideólogo, periodista y reformador radical en todos los frentes, lo convierte en una personalidad de relieve continental en un momento dominado por el modernismo, al que contribuye por su elevado sentido del arte y su severa crítica del academicismo y del ya lánguido romanticismo. Este iconoclasta nació en Lima, en el seno de una familia aristocrática, conservadora y católica a ultranza. Se educó en Santiago de Chile y siguió, por presión familiar, estudios en un seminario de Lima, que abandonó intempestivamente en un primer gesto de rebeldía. Recorrió la zona andina del país y se retiró a vivir en una hacienda al sur de Lima, donde se compenetró con el mundo indígena y se dedicó a la lectura de escritores clásicos, ingleses, alemanes y franceses. El episodio capital de su vida y de la generación a la que pertenece fue la guerra con Chile (1871-1883), que acabó con una humillante derrota peruana y provocó su segunda reclusión voluntaria durante la ocupación chilena de Lima. Al acabar esa ocupación, se convirtió en un vitriólico acusador de la clase dirigente peruana, del Ejército y la Iglesia católica. En un célebre discurso en Lima, el año 1888, proclamó. “Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!". Convocaba a la lucha por la regeneración social, contra las malas ¡deas y los malos hábitos, contra leyes y constituciones ajenas a la realidad peruana, contra la herencia colonial, contra los profetas que anunciaban el fracaso definitivo de América Latina. Convertido en la voz del nuevo Perú que debía surgir de la derrota, denunció los males
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