VALE LA PENA SER UN ESTUDIANTE AUTODIDACTA
Respuestas a la pregunta
No quiero ser cruel con los autodidactas, pero en la mayoría de los casos, la escuela, o bien el aprendizaje con un maestro, son mejores por mucho.
No obstante, la meta de toda educación formal en escuela o con un profesor, es que el estudiante pueda volverse autodicta. No hay contradicción en ello. El proceso de aprendizaje formal incluye el desarrollo de las habilidades de autodicta, pero es un proceso guiado, en el cual el profesor filtra y ordena las habilidades y conocimientos que se deben ir adquiriendo.
Aquí vale la pena señalar uno de los grandes riesgos de internet: la falta de filtros puede crear personalidades desestructuradas, incapaces de reconocer el valor de un argumento o lo falaz de una aseveración, y esto lo podemos constatar todos los días cuando vemos cómo se están comportando las sociedades en los últimos 20 años. El Brexit, la llegada de Trump a la presidencia, el apoyo que recibió la invasión a Irak durante el gobierno de Bush, los terraplanistas, son ejemplos de argumentos falaces que son creídos de forma masiva por sociedades que tienen un acceso muy amplio a información. Pero la información tiene poca utilidad en una cabeza mal amueblada, mal estructurada.
Si yo ahora busco en internet cómo aprender a tocar piano, me encontraré con cientos o miles de páginas al respecto. La única manera de que yo sepa diferenciar los sitios útiles y acertados de los erróneos y manipuladores, es que yo como usuario ya sepa tocar piano. Tener mil y un fuentes es como no tener ninguna, a menos que ya se tenga una cierta formación.
En internet, el artículo del especialista y el del iletrado compiten, y el especialista no tiene asegurada la victoria. Probablemente gane el que sepa mejor cómo optimizar su sitio para motores de búsqueda y no el que exponga el mejor razonamiento. Internet es en ese sentido, no sólo la democratización del conocimiento, sino también de la estupidez, y a como van las cosas bien puede ser la estupidez la que lleve la delantera.
Esta idea, llevada al terreno de la educación muestra la importancia de tener un filtro confiable. En una buena clase con un buen profesor, las cosas se ordenan y existen jerarquías y prioridades. Existen miles de libros de armonía, pero la mayoría son pura basura. No tienes que leerlos todos, un buen profesor te dirá cuál debes de estudiar. Terminarás estudiando dos, tres o cinco, pero no 100.
Y después de eso, una vez que se ha asimilado un método, que se han interiorizado los procesos para distinguir lo que constituye un argumento de lo que no lo es, es entonces cuando todos podemos y debemos aspirar a volvernos autodidactas. La tesis y el examen profesional son finalmente el reconocimiento de los pares, que le dan la bienvenida a quien antes era un alumno y ahora es uno de ellos. Al menos ésa sería la aspiración de la educación formal, aunque en la práctica no ocurra exactamente así.
Una formación sólida sí abre la puerta a continuar nuestra educación por nuestra cuenta. Pero cuando se carece de esa formación sólida, el autodidacta muy comúnmente se pierde. Si llega a conseguir una educación sólida por cuenta propia, le tomará mucho más tiempo y trabajo y muchas veces una voluntad a prueba de balas no es suficiente, y la suerte termina siendo un factor determinante.
No obstante, algunas personas excepcionales parecen funcionar mejor por cuenta propia, pero son excepciones muy raras. En mi área, que es la música, no se me ocurre ningún gran compositor que no haya recibido una gran formación de manos de uno o varios grandes maestros.