URGENTE!
No se puede convivir —vivir con otros— sin respetar unas reglas comunes. Tampoco se puede jugar, por ejemplo, sin ellas. Incluso los animales las tienen. La diferencia es que, en el caso de los animales, proceden del instinto, no pueden cambiarlas, son innatas. Así es como las abejas o las hormigas se organizan en sociedades, los pájaros construyen nidos, los perros manifiestan una fidelidad ciega en sus amos. En nuestro caso, en el caso de los humanos, hay una diferencia importante: las reglas no siempre las proporciona el instinto, podemos cambiarlas y actuar de formas imprevistas por la naturaleza. Por eso decimos que somos no solo naturaleza, sino también cultura. O que somos civilizados.
Una señal inequívoca de civilización la constituyen las buenas maneras. Son formas que hemos establecido para exteriorizar o reconducir nuestras emociones y sentimientos. O para reprimirlos cuando parece mal o feo manifestarlos. […] La buena educación es la manera externa de tratar bien a los demás, con delicadeza, de un modo amable y simpático. Así, uno se acostumbra a reprimir el enfado o a suavizarlo, a manifestar más satisfacción o entusiasmo de los que en realidad siente, a ceder el paso o el asiento a las personas más respetables, a dulcificar el gesto, a sonreír aun sin ganas. Son fórmulas inventadas y socialmente producidas a lo largo de la historia. Son maneras de comportarse con un fin múltiple: decirles a los demás que no nos son indiferentes, que no pasamos olímpicamente de su presencia. Como en la definición de Swift: decirles a los demás que estar con ellos nos es grato.
Aristóteles dijo que el hombre es un animal social que habla. Que tiene logos, decía él. Logos significa razón y también lenguaje. Pues bien, no hay lenguaje sin reglas. ¿Nos hemos preguntado alguna vez por qué hay que acatar esas reglas? ¿Por qué unas palabras se escriben con g y otras con j si la pronunciación es la misma? Solo hay una respuesta: sin reglas —sin un canon gramatical y semántico, sin unas normas de sintaxis o de ortografía— nos entenderíamos y nos comunicaríamos peor, o no podríamos hacerlo. Las reglas pueden ser otras, pero es impensable no tenerlas si hemos de vivir en comunidad.
Victoria Camps, Manual de civismo
a) Señala la tesis y los argumentos que utiliza la autora.
b) Analiza la estructura del texto.
c) Caracteriza lingüísticamente el texto que acabas de leer.
Respuestas a la pregunta
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ahy va bro
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Solo quiero los puntos pero te prometo que en 3 minutos vengo con la respuesta al 100%
sgullon:
Gracias! Esperaré
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