una síntesis de la siguiente lectura En relación con lo desarrollado, asumimos que nuestro país, dentro de sus políticas y planes sobre la materia, no integra el eje de reúso de agua residual tratada, especialmente de las originadas por las actividades productivas. Además, no considera la eficiencia del agua residual tratada, que inicia desde la captación del agua en su fuente natural, su uso productivo y tratamiento hasta su disposición final. Hasta el año 2015, la ANA autorizó al sector minero verter aguas residuales tratadas hasta un volumen de 325,88 hm3 y reusar 7,2 hm3 . Al integrar las dos cifras, tenemos un total de 333,08 hm3 de aguas residuales tratadas, de las cuales solo el 2 % del volumen se reúsa y el resto (que incluyen trazas de metales y otros parámetros químicos según el tipo de mineral procesado) son vertidas sobre los diferentes cuerpos de agua del país. Si a este escenario, como de hecho sucede, ingresaran en competencia una multiplicidad de actores para el uso del agua en una cuenca hidrográfica, se generaría un potencial conflicto socioambiental hídrico en el país. De no ejecutarse acciones preventivas, de monitoreo, de supervisión y de control, la contaminación del agua generará repercusiones graves, como el incremento de diferentes costos asociados con las condiciones inadecuadas de abastecimiento de agua potable y saneamiento, salubridad, salud, seguridad alimentaria e insostenible desarrollo económico. Para el Banco Mundial, dicho contexto genera un panorama de pérdida de 2260 millones de soles cada año 4 . Un factor importante por considerar es el incremento del costo del tratamiento de enfermedades por el aumento de la tasa de afecciones a la salud causadas por la contaminación del agua.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
asumimos que nuestro país, dentro de sus políticas y planes sobre la materia, no integra el eje de reúso de agua residual tratada, especialmente de las originadas por las actividades productivas. Además, no considera la eficiencia del agua residual tratada, que inicia desde la captación del agua en su fuente natural, su uso productivo y tratamiento hasta su disposición final. Hasta el año 2015, la ANA autorizó al sector minero verter aguas residuales tratadas hasta un volumen de 325,88 hm3 y reusar 7,2 hm3 . Al integrar las dos cifras, tenemos un total de 333,08 hm3 de aguas residuales tratadas, de las cuales solo el 2 % del volumen se reúsa y el resto (que incluyen trazas de metales y otros parámetros químicos según el tipo de mineral procesado) son vertidas sobre los diferentes cuerpos de agua del país
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