una reflexión sobre cómo el Libertador pudo gestar la proeza que llevó a caboo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El Ejército de los Andes fue un cuerpo militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata y tropas chilenas exiliadas en Mendoza, constituido y dirigido por el general José de San Martín, cuyo objetivo era afianzar la independencia de las Provincias, terminar con la dominación española en Chile, restaurar el gobierno independentista y poner fin al dominio español en el virreinato del Perú.
El 1º de agosto de 1816, Juan Martín de Pueyrredón, primer director supremo, decretó que la fuerza llevara el nombre de «Ejército de los Andes», y designó a San Martín como su general en jefe.
El hecho más memorable del Ejército de los Andes corresponde al Cruce de los Andes iniciado en enero de 1817.
Explicación:
En enero del 2017 se cumplen 200 años del hecho político militar más importante en la historia moderna de nuestra región: el cruce los andes desde Argentina a Chile de un ejército libertador patriota conformado por más de 5400 hombres al mando de los generales José de San Martín y Bernardo de O’Higgins.
Estos patriotas fueron capaces de enfrentar con éxito al Ejército Real español, apostado en lo que hoy es Chile, conformado por más 6 mil hombres con experiencia. A su vez, derrotaron también a las tropas realistas ubicadas en el actual territorio de Perú, con más de 25 mil soldados. De ese modo pudieron liberar a los pueblos chileno y peruano de la opresión española y consolidar la libertad del pueblo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Esta hazaña político militar se lleva adelante en un momento muy difícil para el proceso de emancipación de las colonias españolas en América. Fernando VII había recuperado la corona en España y, en 1816, envió la expedición militar más grande de los tres siglos previos a Caracas, que sumaba 10 mil soldados veteranos. Desde ese año se desplegó la represión más feroz y criminal sobre los pueblos de las colonias.
El general libertador Don Simón Bolívar logró salir de su exilio en Jamaica, apoyado por fuerzas patriotas de Haití, un pueblo y un gobierno que hicieron un aporte extraordinario para la lucha emancipadora. Por entonces Napoleón Bonaparte ya estaba en su exilio y los Borbones habían recuperado la corona francesa.
Buenos Aires no apoyaba el proyecto del cruce de los Andes y quería ese ejército para enfrentar a José de Artigas. Al mismo tiempo, las luchas intestinas de los caudillos en toda América Latina no ayudaban a la pelea contra el Ejército Realista. Entre los patriotas chilenos las luchas internas eran tremendas.
En este marco, el Ejército de los Andes se constituyó con hombres provenientes de todas las Provincias Unidas del Rio de la Plata, de Chile y de Uruguay. Eran mestizos, negros, pardos, indios, criollos, de todas las razas y todos los credos fundidos en el objetivo final de la libertad. Fue así que, con mucha más imaginación y astucia que recursos, y con una gran autovaloración, se llevó adelante este hecho determinante en el proceso de independencia.
El recurso fundamental lo dieron los jefes de ese ejército. Voluntad política y fuerte apego a los ideales revolucionarios. No se dejaron amilanar ni por la falta de algún recurso material ni por la fuerza brutal de la naturaleza. Supieron oponerle sus sueños y deseos a la falta de condiciones para tremendo desafío.
Hoy, a 200 años de conmemorar el inicio de la marcha de esas 6 columnas del Ejército de los Andes, nuestros países se encuentran nuevamente en la encrucijada de la lucha por la independencia o la subordinación al coloniaje en sus nuevas formas.
Este hecho podría servirnos para reflexionar a los hombres y mujeres de Latinoamérica y el Caribe sobre los aciertos y errores de nuestra época, nos permita corregir rumbos, aprender de lo vivido y hacer los máximos esfuerzos por la unidad.
Necesitamos armarnos nuevamente del coraje y la fe inquebrantable en la liberación de nuestra Patria y nuestra clase, armarnos otra vez de visiones de patria grande, ser conscientes de la necesidad de unirnos los diferentes para enfrentar a los que quieren someternos.
Que tanto coraje, valor y sacrificio de nuestros mayores no haya sido en vano. Esforcémonos los patriotas de hoy para cruzar nuestras cordilleras unidos y dar batalla por una América Latina justa, libre y soberana.