Una pregunta en el cuento
"TENGA PARA QUE SE ENTRETENGA"
en que ambiente social se encuentran es que no c
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Olga se transforma en una madre cuyo hijo le fue arrebatado y siempre vuelve al sitio donde todo ocurrió. Para ella el tiempo se detuvo el 9 de agosto de 1943 y sólo espera el regreso del hijo o la muerte, que también la llevará a él. De alguna manera, su historia es semejante a la leyenda de La Llorona, otra madre que perdió a sus hijos ―y también hay varias versiones de cómo pasó―. Ambas lamentan su pérdida. Olga espera en el Bosque de Chapultepec a las dos de la tarde y La Llorona recorre las calles de la Ciudad de México lanzando horrorosos y lastimeros “¡Ay mis hijos!”, todas las noches a las doce en punto es posible oírla o incluso verla.
Mientras tanto la segunda versión del cuento tiene un sesgo político; Olga ya no se menciona como una figura que pueda verse en Chapultepec, su participación concluye cuando relata al detective la desaparición de Rafaelito. Este final es el que dispara en el lector la hipótesis de que el propio Maximiliano o alguno de su corte se llevó a Rafael al reino de los muertos; el detective lo considera “el auténtico desenlace de lo que llamaron los periodistas ‘El misterio de Chapultepec’”. Sin embargo, el detective dice que Maximino Ávila Camacho lo recompensó y le exigió olvidarse del asunto, pero “(Poco después la inesperada muerte de don Maximino iba a significar un nuevo enigma, abrir el camino al gobierno civil de Miguel Alemán y terminar con la época de los militares en el poder).” (“La Jornada Semanal”) Este paréntesis del narrador insinúa que la muerte del que se sabía sería candidato presidencial, no fue natural… quizás haya sido un asesinato conveniente para los intereses políticos de algunos.
La confrontación de las dos versiones de “Tenga para que se entretenga” resulta bastante iluminadora sobre el trabajo escritural de José Emilio Pacheco. Es difícil decidirse por alguna, ya que, cada una tiene lo suyo, pero la segunda versión me parece, desde la técnica, más rica y lograda. En ella tejió un relato fantástico con temas de la historia nacional, e incluso, dejó ver su postura crítica frente al gobierno y su actuar en casos tan delicados como la desaparición de un niño. Esto sin necesidad de situar la historia en algún sitio cosmopolita; lo hizo en el Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México y eso, como lectores, nos hace pensar que lo extraño, horroroso o fantástico también está en lo que nos es familiar y que es posible que lo real ―o lo que consideramos real― puede alguna vez converger con lo irreal. El pasado tiene la capacidad de hacerse presente, y dejará indicios de que fue así.