una oración con multicultura
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Respuesta:
Oración multicultural
PADRE NUESTRO que estás en la cima más alta de nuestro pensamiento y de nuestro sentir, abre en nosotros una brecha de inteligencia y venga a nos la capacidad de utilizarla y adiéstranos en la voluntad de comprender al extranjero que viene de lejos para que logremos hacerle comprender que si rechazamos el velo de sus mujeres, y sobre todo de las muchachas en edad escolar, no es porque nos creamos superiores sino porque a las mujeres de aquí nos costó años superar las doctrinas de la Iglesia que decía representarnos y velar por nuestro bien, prohibiéndonos dejar al descubierto aquellas partes de nuestro cuerpo que hoy circulan por nuestras calles con total naturalidad, incluido nuestro cabello símbolo de lujuria para la Iglesia que pretendía que nosotras éramos representación del pecado y tentación pésima para el cauto e inocente varón, consiguiendo con ello abrir un abismo entre hombres y mujeres que sorteamos con frágiles pasos, miedos, recelos, incertidumbres, sentimientos de culpa y también odio, heridas todas ellas grabadas aún hoy en nuestra piel desgastada por tanta siembra de impostada inocencia para no caer en falsos pecados y de verdaderos deseos cuya grandeza, aún en sus versiones más tristes, nacen de raíces profundas de la Naturaleza, que es otra manera de denominar la Vida. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy siempre que no perdonemos a quienes tratan de devolvernos a la oscuridad, por decreto ley, enseñando a los niños de hoy que la sexualidad cumple con la pragmática función de tener hijos y nada más, porque con ello condenamos nuestro deseo, ese ámbito en el que nos vemos obligados a enfrentarnos a nuestra propia verdad en cuerpo y alma y de dónde nace la fuerza de sabernos vivos, el placer de querer mejorar o la debilidad de reconocer que necesitamos del otro para reafirmarnos, verdades todas ellas que son también hijos nuestros puesto que de nosotros nacen y con nosotros viven, y no permitas que los niños aprendan que el divorcio es pecado, al tiempo que nosotros les enseñemos a ejercer la libertad de equivocarse, que el mundo anda en aguas revueltas y pescadores no faltan que quieran aprovecharlo para encarcelar a quienes defienden ideas con palabra, como otros nos obligan a usar sólo la lengua de origen sin dejarnos amar y trabajar otra libremente elegida, y líbranos, en fin, del Mal. Amén.
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