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Socializa es muy importante para la política y los presidentes la tiene que respetar
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La marca de las mujeres en la Constitución del 91
La marca de las mujeres en la Constitución del 91
Este viernes, hace 30 años, el país estaba expectante a lo que iba a ocurrir en el Salón Boyacá del Congreso, donde la instalación de la Asamblea Constituyente estaba fijada para las 10:00 de la mañana. La ceremonia les puso fin a varios meses de controversias, de objeciones y de disputas sobre cómo iba a actuar este ente. Con tan solo ver los diarios del momento se observaba que el principio de 1991 estuvo marcado por las minuciosas discusiones sobre los temas que se iban a tratar, su funcionamiento y la forma en que las guerrillas del Epl, el Prt y Quintín Lame iban a entrar a la Constituyente, tras la dejación de las armas -la desmovilización del M-19 y la posibilidad de ser parte de la Asamblea los impulsó a reinsertarse-.
Además de estos cuestionamientos, también estaba sobre la mesa el producto que saldría del cuerpo colegiado. No era claro hasta dónde se llegaría. Mientras que algunos sectores seguían insistiendo en que solo se debían hacer algunos cambios a la Constitución de 1886, incluyendo varios de los temas de la fallida reforma del gobierno de Virgilio Barco, otros apostaban a un cambio de base, que diera paso a una nueva Carta Magna. Sobre este punto, incluso se llegó a pronunciar el futuro presidente Ernesto Samper, en ese entonces ministro de Desarrollo Económico: “Lo que los colombianos quieren no es otra reforma constitucional, sino una nueva Constitución. Una Constitución que los interprete, que les permita su máximo anhelo: volver a vivir en paz”.
Estas cuestiones fueron quedando a un lado al acercarse la fecha de la instalación. La agenda fue dominada por dos temas: el manual de funcionamiento de la Asamblea y los responsables de presidirla. Frente al primer asunto hubo dudas sobre la división por comisiones -unos pedían que fueran cinco y otros llegaban hasta ocho-, la cantidad de debates por tema y hasta el lugar de las sesiones. Por otro lado hubo un fuerte pulso por la presidencia. Mientras que los liberales la reclamaban para sí, por haber sacado la mayor cantidad de delegados, los miembros de las listas de la Alianza Democrática M-19 y del Movimiento de Salvación Nacional, liderado por Álvaro Gómez, pedían que fuera por turnos y que se les incluyera en la rotación.