Una Municipalidad de cierta ciudad cuenta con un presupuesto asignado al sector turismo la suma de 200 millones de soles, pero desea implementar primero en sector de carreteras y corredores viales, sabiendo que cuesta 2,5 millones de soles construir un kilómetro de carretera y 4 millones de soles en corredore viales por kilómetro. Evaluar: a) La relación entre el número de kilómetros en carretera y corredores viales que puede construirse para utilizar por completo el presupuesto disponible. B) Interprete la pendiente de la relación lineal que se obtiene.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Las medidas sobre la demanda también tienen su lugar
Las medidas sobre la demanda tienen por objeto lograr que una cantidad
importante de automovilistas, que circulan en zonas o períodos de alto tránsito,
utilicen modos de transporte de alta ocupación, se muevan por medios no
motorizados, o cambien el horario de su desplazamiento.
Ciertas medidas son de tipo reglamentario e imponen restricciones. Otras
establecen premios o desincentivos económicos para favorecer conductas que
mitiguen la congestión. Ambas deben tenerse en cuenta para un mejor resultado
global, considerando que las económicas podrían no ser del todo efectivas y las
reglamentarias, vulnerables si los controles son débiles.
Importantes logros pueden obtenerse mediante la racionalización de los
estacionamientos, pues su disponibilidad y costo condicionan la accesibilidad
en automóvil. Prohibición permanente o diurna en avenidas principales, pago
por aparcar en otras vías públicas, regulación del estacionamiento pagado en
sitios privados, reglamentación del parqueo ofrecido gratuitamente por
instituciones y empresas al público o a sus trabajadores, incentivos económicos
para no ir al trabajo en automóvil, estacionamientos intermedios para continuar
el viaje en transporte público, son medidas potencialmente útiles si se aplican
en los ámbitos apropiados y con alcances adecuados. Algunas pueden generar
además recursos para el municipio.
Escalonar los horarios de inicio de actividades trae algún alivio de la
congestión, pues alarga el período punta de la mañana. A su vez, la restricción
vehicular saca de circulación a una parte importante del parque. Su aplicación
sólo en sectores y períodos congestionados, como por ejemplo, en zonas
céntricas durante las horas punta de la mañana y de la tarde, puede tener
efectos más duraderos que una de mayor extensión, ya que genera menos
incentivos para la adquisición de automóviles adicionales. Otra forma de
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restricción es el pago de permisos de circulación diferenciados según se pueda
usar o no el automóvil todos los días de la semana.
La tarificación vial, propugnada por muchos académicos y también
por funcionarios del área de transporte urbano, debido a que constituye
una atractiva conceptualización con respecto a pagar por los costos
causados a la sociedad, es la más resistida de todas las medidas, sobre
todo entre los automovilistas. Esta normativa parece alcanzar resultados
al menos en el corto plazo, pero se la cuestiona desde todos los flancos
imaginables. Resulta incómoda para el usuario, ya que exige un pago por
desplazarse bajo congestión; hay dudas en cuanto a las formas de aplicarla;
se la objeta por los efectos sobre las zonas inmediatas a las tarificadas; se la
moteja de inequitativa para con los de menos recursos; se teme la
degradación de las actividades en la zona tarificada; se discuten sus efectos
urbanísticos de largo plazo, por su incentivo a la expansión de la ciudad si
no existen severos controles sobre el uso del suelo; y lo que no es menor,
incluso se plantea la inconsistencia teórica de aplicarla sin que otros precios
relacionados, como los de las áreas verdes, estén sujetos a costo marginal.
Parece ser que sus probabilidades de aplicación son limitadas, a menos
que alguna ciudad –con excepción de Singapur, que tiene condiciones
sumamente especiales– logre implantarla con éxito. Tal vez su hora llegue
posiblemente primero en países desarrollados, si la congestión alcanza
niveles intolerables, si ya no se vislumbran otras medidas eficaces y si se
resuelven favorablemente las dudas teóricas y prácticas que aún subsisten.
La educación vial, llevada a cabo en forma permanente desde la niñez,
contribuye a aminorar la congestión, enseñando a evitar la conducción
indisciplinada o la falta de respeto hacia los demás, sean peatones o vehículos.
A su vez, los peatones también deben ser orientados a observar las reglas de
circulación y cruzar las calles sólo en los lugares y momentos habilitados
para ello.
Las medidas sobre la demanda deben ser analizadas cuidadosamente,
de modo de mitigar efectos negativos no deseados. Disposiciones
exageradamente restrictivas pueden ahuyentar a empresas y residentes, y
deprimir determinadas zonas de la ciudad.
¿Cómo afrontar el problema?
La rapidez con que se agudiza la congestión de tránsito en las ciudades
grandes hace imperativo que las autoridades adopten un enfoque apropiado
para adaptar los sistemas de transporte urbano, tanto el transporte público
como el uso de los autos en las áreas u horas conflictivas.
Una primera preocupación debe ser mitigar los efectos de la congestión
sobre quienes no la crean o hacen un escaso aporte a ella, para lo cual es
necesario: