una leyenda china plis se me olvido hacerla
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
intenta buscar en Google leyendas chinas populares
Explicación:
Leyenda de las lágrimas de Meng Jiangnü
La historia que estoy a punto de relatarles sucedió en la época en la que reinaba la dinastía Qin. Meng Jiangnü, la hija del emperador, era una muchacha sumamente bella y de muy buenos sentimientos que quedó perdidamente enamorada de un joven llamado Fan Xiliang.
Al principio le costó mucho trabajo a la chica convencer a su padre que la dejara casar con ese muchacho, pues no pertenecía a su clase social. Sin embargo, gracias a su persistencia, el padre aprobó el enlace matrimonial y la boda se llevó a cabo en palacio.
Sin embargo, el mismo día en el que se realizó la ceremonia, el emperador mandó apresar a su yerno con la excusa de que necesitaba más gente para la construcción de la Gran Muralla.
Fan Xiliang fue enviado a cientos de kilómetros de donde se encontraba su amada. Mientras tanto Meng Jiangnü no podía conciliar el sueño por las noches pensando en las penurias que estaría pasando su marido.
Poco a poco, el rencor y la ira fueron llenando su corazón, pues su mayor anhelo era pasar los días al lado de su esposo y no encerrada en el palacio al lado de su padre.
El verano pasó muy pronto y con la llegada del otoño, los árboles perdieron todas sus hojas. Cuando por fin el invierno llegó, la joven estaba lista para viajar a donde se encontraba su esposo. Y es que ella había aprovechado en secreto ese tiempo para confeccionar una serie de ropajes adecuados que la protegieran de las bajas temperaturas.
No le fue nada fácil llegar a la zona en donde se llevaban a cabo las obras de construcción. Es decir, tuvo que pasar por escarpados bosques y sobre todo enfrentarse a los elementos de la naturaleza (ventiscas, lluvia, nevadas etc.).
Por fin arribó al lugar exacto en donde habían llevado a su marido. Se acercó a donde estaba un capataz y le preguntó:
– Disculpe ¿sabe usted dónde puedo encontrar a Fan Xiliang?
Mientras tanto, el hombre se rascó la cabeza y le dijo que lamentablemente, el sujeto al que buscaba había muerto meses atrás, debido a las largas jornadas de trabajo.
Llorando desconsolada Meng Jiangnü exclamó:
– Al menos podría decirme por favor ¿en dónde fue sepultado?
– La ubicación exacta no la sé señora, yo llevo apenas aquí 20 días. No obstante, sé que su cuerpo fue enterrado al pie de la Gran Muralla en alguna parte.
La mujer se arrodilló y comenzó a llorar sin parar durante tres días. Increíblemente sus lágrimas hicieron que la tierra se reblandeciera en un tramo mayor a los 350 km de largo. Justo enfrente de donde se encontraba, las rocas se hicieron polvo y ella pudo observar los restos de Fan Xiliang.
Finalmente, la hija del emperador pudo reunirse con el amor de su vida.