una historieta corta con la regla ortográfica (s, c, z)
Respuestas a la pregunta
La letra Z estaba triste y acongojada, no hacía más que suspirar. Porque era la última letra del abecedario y estaba cansada de aparecer en tan pocas palabras.
Si fuera una M podría maullar, masticar, hamacarme se quejaba, si fuera una R podría reír, enredarme, enrularme o correr; si fuera una X podría... podría... ¡Bueno algo podría hacer!
Y tanto suspiró y tanto se revolcó malhumorada e impaciente que se cayó del abecedario. Dio tres volteretas por el aire hasta quedar así: N. Cuando se miró en el espejo casi se cae otra vez pero de alegría. Y de inmediato se le ocurrió una idea fabulosa: se haría la distraída y permanecería así, disfrazada, total, ¿quién lo iba a notar?
Ahora podría jugar en palabras tan lindas como "nene", "nado", y tantas otras. Podría nombrar a Natalia y a Nicolás.
¿Pero saben qué pasó? Pues que ya nadie lograba escribir las palabras "zapato", ni "zorro", ni "zapallo", ni tampoco "disfraz", o lo que es peor, las escribían con «S» o con el primer garabato que encontraban suelto por allí.
Las letras intrigadas se miraron entre sí.
Algo raro está ocurriendo advirtió la O.