una fabula de un perro
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el perro y su reflejo.
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La Fábula del perrito curioso con moraleja, fábulas para niños. En cierta ocasión, un Perrito muy curioso y que siempre cuidaba y velaba por las cosas de su amo, escuchó unos ruidos extraños que venían de la cocina, y para saber lo que sucedía, se acercó sigilosamente.
De inmediato el perrito descubrió a varios ratones dándose un gran festín con la comida de su amo; pero antes de atacarlos se dijo:
"¡Pero qué bandidos!, ¡Ahora me las pagarán!"
Y sin más que esperar, el perrito se abalanzó sobre los ratones pero, no se percató que muy cerca de ahí, había una trampa para ratones con la que tropezó y atrapó a una de sus patitas haciéndolo gritar fuertes aullidos de dolor.
Un loro que estaba por el mismo lugar gritó:
"Vaya vaya, vean al cazador cazado."
El perrito, adolorido por el dolor que le hacia la trampa suplicó:
"¡Por favor ayúdenme!, ¡quítenme esto que prometo no molestar a nadie!"
Los buenos ratones quienes oyeron su súplica, se acercaron al perrito y de inmediato lo liberaron. Luego, uno de ellos le dijo:
"¿Ya ves perrito?. Eso te sucedió por hacerte de gato."
Moraleja de la Fábula del perrito curioso:
Muchas veces nos dejamos llevar por nuestro ímpetu para realizar algunas acciones que antes deberíamos evaluar, para saber si estamos en condiciones de realizarlo. Así no cometeremos errores más adelante.
De inmediato el perrito descubrió a varios ratones dándose un gran festín con la comida de su amo; pero antes de atacarlos se dijo:
"¡Pero qué bandidos!, ¡Ahora me las pagarán!"
Y sin más que esperar, el perrito se abalanzó sobre los ratones pero, no se percató que muy cerca de ahí, había una trampa para ratones con la que tropezó y atrapó a una de sus patitas haciéndolo gritar fuertes aullidos de dolor.
Un loro que estaba por el mismo lugar gritó:
"Vaya vaya, vean al cazador cazado."
El perrito, adolorido por el dolor que le hacia la trampa suplicó:
"¡Por favor ayúdenme!, ¡quítenme esto que prometo no molestar a nadie!"
Los buenos ratones quienes oyeron su súplica, se acercaron al perrito y de inmediato lo liberaron. Luego, uno de ellos le dijo:
"¿Ya ves perrito?. Eso te sucedió por hacerte de gato."
Moraleja de la Fábula del perrito curioso:
Muchas veces nos dejamos llevar por nuestro ímpetu para realizar algunas acciones que antes deberíamos evaluar, para saber si estamos en condiciones de realizarlo. Así no cometeremos errores más adelante.
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