una dieta saludable para una semana : LUNES , MARTES , MIÉRCOLES, JUEVES , VIERNES, SÁBADO Y DOMINGO
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Tiene que ser completa
Debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.
2. Debe ser equilibrada
Los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción entre sí. Así, los hidratos de carbono (CHO) han de suponer entre un 55 y un 60% de las kcal totales al día; las grasas, entre un 25 y un 30% y las proteínas, entre un 12 y un 15%. Además hay que beber de uno a dos litros de agua al día.
3. Tiene que ser suficiente
La cantidad de alimentos ha de ser la adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional. Tiene que ser adaptada a la edad, al sexo, a la talla, a la actividad física que se realiza, al trabajo que ejerce la persona y a su estado de salud.
4. Debe ser variada
Es imprescindible que contenga diferentes alimentos de cada uno de los grupos (lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves o pescados), no solo porque con ello será más agradable, sino porque, a mayor variedad, habrá también una mayor seguridad de garantizar todos los nutrientes necesarios.
Los niños son un grupo de población con alto riesgo de sufrir malnutrición cuando se mantienen dietas carenciales, sobre todo en micronutrientes. Esto se debe a que las fuentes alimentarias de los mismos pertenecen al grupo de los peor tratados por la población infantil: verduras, frutas frescas, pescados. Así pues, las deficiencias en vitamina D, ácido fólico y zinc son las más comunes entre los escolares.
Es fundamental durante esta etapa, además de conseguir un crecimiento adecuado, evitar este déficit de nutrientes específicos de los que hablamos, y resulta muy importante prevenir los problemas de salud propios de los adultos que están influenciados por la dieta como las enfermedades cardiovasculares. Una mala alimentación en la infancia puede producir obesidad, menor esperanza de vida, diabetes tipo dos, síndrome metabólico, anorexia o bulimia. Si padece sobrepeso entre los 6 meses y 7 años de edad, tiene un 40% de posibilidades de ser un adulto obeso. Si el sobrepeso se da entre los 8 y 13 años, la posibilidad aumenta hasta el 70%.
También es aconsejable ingerir más lácteos (leche, yogur, quesos), vegetales frescos (crudos o cocidos) y frutas de estación. Si se educa sobre la importancia de la nutrición y la salud de los niños, en la edad adulta tendrán más posibilidades de disfrutar una mejor calidad de vida.
¿Cuál es la frecuencia recomendada para el consumo de los diferentes alimentos?
Cada día: Frutas, verduras, ensaladas, lácteos y pan
Entre dos y cuatro veces por semana (dos como primer plato y dos como guarnición): Legumbres
Entre dos y cuatro veces por semana (alternar su consumo): Arroz, pasta, patatas
Entre tres y cuatro veces por semana: Pescados y carnes, aunque es preferible el consumo del pescado
Huevos: Hasta cuatro unidades a la semana, alternando su presencia con carnes y pescados
Ocasionalmente: Bollería, repostería, patatas fritas de bolsa y similares, refrescos, precocinados (pizza, hamburguesa y similares) o golosinas
Por tanto una propuesta de un menú familiar completo para toda una semana basada en la dieta mediterránea podría ser una opción adecuada para cumplir con la frecuencia recomendada. Básicamente, debe aportar una gran cantidad de fibra, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales, a la vez que es una fuente importante de antioxidantes.
Respuesta:
1. Tiene que ser completa
Debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.
2. Debe ser equilibrada
Los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción entre sí. Así, los hidratos de carbono (CHO) han de suponer entre un 55 y un 60% de las kcal totales al día; las grasas, entre un 25 y un 30% y las proteínas, entre un 12 y un 15%. Además hay que beber de uno a dos litros de agua al día.
3. Tiene que ser suficiente
La cantidad de alimentos ha de ser la adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional. Tiene que ser adaptada a la edad, al sexo, a la talla, a la actividad física que se realiza, al trabajo que ejerce la persona y a su estado de salud.
4. Debe ser variada
Es imprescindible que contenga diferentes alimentos de cada uno de los grupos (lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves o pescados), no solo porque con ello será más agradable, sino porque, a mayor variedad, habrá también una mayor seguridad de garantizar todos los nutrientes necesarios.
Los niños son un grupo de población con alto riesgo de sufrir malnutrición cuando se mantienen dietas carenciales, sobre todo en micronutrientes. Esto se debe a que las fuentes alimentarias de los mismos pertenecen al grupo de los peor tratados por la población infantil: verduras, frutas frescas, pescados. Así pues, las deficiencias en vitamina D, ácido fólico y zinc son las más comunes entre los escolares.
Es fundamental durante esta etapa, además de conseguir un crecimiento adecuado, evitar este déficit de nutrientes específicos de los que hablamos, y resulta muy importante prevenir los problemas de salud propios de los adultos que están influenciados por la dieta como las enfermedades cardiovasculares. Una mala alimentación en la infancia puede producir obesidad, menor esperanza de vida, diabetes tipo dos, síndrome metabólico, anorexia o bulimia. Si padece sobrepeso entre los 6 meses y 7 años de edad, tiene un 40% de posibilidades de ser un adulto obeso. Si el sobrepeso se da entre los 8 y 13 años, la posibilidad aumenta hasta el 70%.
También es aconsejable ingerir más lácteos (leche, yogur, quesos), vegetales frescos (crudos o cocidos) y frutas de estación. Si se educa sobre la importancia de la nutrición y la salud de los niños, en la edad adulta tendrán más posibilidades de disfrutar una mejor calidad de vida.
¿Cuál es la frecuencia recomendada para el consumo de los diferentes alimentos?
Cada día: Frutas, verduras, ensaladas, lácteos y pan
Entre dos y cuatro veces por semana (dos como primer plato y dos como guarnición): Legumbres
Entre dos y cuatro veces por semana (alternar su consumo): Arroz, pasta, patatas
Entre tres y cuatro veces por semana: Pescados y carnes, aunque es preferible el consumo del pescado
Huevos: Hasta cuatro unidades a la semana, alternando su presencia con carnes y pescados
Ocasionalmente: Bollería, repostería, patatas fritas de bolsa y similares, refrescos, precocinados (pizza, hamburguesa y similares) o golosinas
Por tanto una propuesta de un menú familiar completo para toda una semana basada en la dieta mediterránea podría ser una opción adecuada para cumplir con la frecuencia recomendada. Básicamente, debe aportar una gran cantidad de fibra, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales, a la vez que es una fuente importante de antioxidantes.
Explicación: eso creo