Una descripción del proceso de transformación de los desechos orgánicos en fertilizante de suelos
Respuestas a la pregunta
Para ello se puede recurrir a productos que se comercializan en casas especializadas como «bases biológicas» que contienen, entre otros componentes, hongos que aportan nutrientes y bacterias fijadoras de nitrógeno.
Estos microorganismos se aplican en forma pura por aspersión sobre la capa de desechos, hasta dejarla ligeramente húmeda.
A continuación, se debe colocar una delgada capa de material fibroso (puede ser aserrín o fibra de coco) que ayude a balancear la relación carbono-nitrógeno del abono orgánico.
Se debe seguir colocando las capas en el orden antes señalado hasta llenar el recipiente plástico, que debe dejarse en un lugar protegido del sol, la lluvia y el viento. Se recomienda remover el contenido dos veces a la semana, agregando el aserrín, la fibra de coco o los microorganismos cada vez que se incorporen nuevos desechos.
El contenido debe dejarse reposar durante un mínimo de 45 días (en algunos lugares con clima muy cálido el tiempo puede reducirse a 12 o 20 días) al cabo de los cuales se puede verificar si los residuos se transformaron en abono orgánico, adquiriendo una apariencia similar a la tierra, con un color marrón y una consistencia suelta.
Una vez obtenido el compost, el mismo puede colocarse en el jardín en una proporción de 50 gramos por planta, cuidando de que el abono no tome contacto directo con el tallo o la raíz, cubriéndolo con una capa de suelo para evitar pérdidas por las lluvias o el riego.
Respuesta:
Para ello se puede recurrir a productos que se comercializan en casas especializadas como «bases biológicas» que contienen, entre otros componentes, hongos que aportan nutrientes y bacterias fijadoras de nitrógeno.
Estos microorganismos se aplican en forma pura por aspersión sobre la capa de desechos, hasta dejarla ligeramente húmeda.
A continuación, se debe colocar una delgada capa de material fibroso (puede ser aserrín o fibra de coco) que ayude a balancear la relación carbono-nitrógeno del abono orgánico.
Se debe seguir colocando las capas en el orden antes señalado hasta llenar el recipiente plástico, que debe dejarse en un lugar protegido del sol, la lluvia y el viento. Se recomienda remover el contenido dos veces a la semana, agregando el aserrín, la fibra de coco o los microorganismos cada vez que se incorporen nuevos desechos.
El contenido debe dejarse reposar durante un mínimo de 45 días (en algunos lugares con clima muy cálido el tiempo puede reducirse a 12 o 20 días) al cabo de los cuales se puede verificar si los residuos se transformaron en abono orgánico, adquiriendo una apariencia similar a la tierra, con un color marrón y una consistencia suelta.
Una vez obtenido el compost, el mismo puede colocarse en el jardín en una proporción de 50 gramos por planta, cuidando de que el abono no tome contacto directo con el tallo o la raíz, cubriéndolo con una capa de suelo para evitar pérdidas por las lluvias o el riego.
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