una cronica sobre que capturan a una persona con drogas
( por favor poner las partes y señalisalas si no es molestia)
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El artículo de 1983 de Anthony Haden-Guest The Young, the Rich and Heroin retrataba de manera sombría popularización de esta droga en los opulentos años 80 de Ronald Reagan.
El presidente había reformado la Guerra contra las drogas. Su Ley Contra el Abuso de Narcóticos de 1986 instituyó sentencias mínimas obligatorias, entre las que se incluían cargos federales por posesión de crack y cocaína. Durante la siguiente década el número de personas encarceladas por delitos relacionados con drogas creció seis veces, llegando a casi 300 mil. En un editorial de 1990, Wenner llamó a la Guerra contra las drogas “Nuestro próximo Vietnam”, y escribió que “a pesar de las décadas de prohibición y de los esfuerzos de imposición de la ley, que han costado billones de dólares, hay más drogas y sangre en las calles que antes”.
La exposición de 1992 de Mike Sager The Case of Gary Fannon hablaba de un chico de 18 años de Michigan sentenciado a cadena perpetua por arreglar un negocio de cocaína con un policía encubierto. La revista abogó abiertamente por la liberación de Fannon; en 1996 el tribunal consideró su arresto como una trampa.
Para una edición especial en 1994, Wenner decidió invitar a Ethan Nadelmann, fundador de Drug Policy Alliance, para que coescribiera la historia de portada, que hacía un llamado a una “una nueva política para las drogas”, que descriminalizara las pequeñas cantidades de marihuana y “dejara de llenar las cárceles con pequeños distribuidores y consumidores desafortunados”. “Fue importante hacer un ejemplar acerca de la política”, dice Nadelmann, resaltando que la portada estaba dominada por un claro titular acerca de las drogas en los EE. UU. “Esta es una publicación famosa por su cobertura en artes y música en la que, en este caso, la portada no tenía una celebridad, sino unas palabras acerca de la Guerra contra las drogas”.
El artículo de Benjamin Wallace-Wells How America Lost the War on Drugs relataba 35 años de desperdicio fiscal, y hacía un énfasis en los excesos de 12 mil millones de dólares anuales de la era de George H. W. Bush (padre): “Aviones de combate para luchar contra los carteles colombianos, submarinos para perseguir botes con cocaína en el Caribe… Los EE. UU. vencerían a su enemigo con torpedos y F-16”. Sin embargo, como lo señala Tim Dickinson en Why America Can’t Quit the Drug War de 2016, “la infraestructura más profunda de la Guerra contra las drogas permanece igual con Obama”, quien entre otras cosas incrementó los gastos para el control. “Nunca hemos tenido miedo de decir lo estúpida que ha sido la Guerra contra las drogas”, dice Dickinson.
Dickinson también recuerda cómo la marihuana medicinal fue recibida con sorpresa: “Los reporteros de la Costa Este pensaban que cualquiera que quisiera usar marihuana medicinal era solo un hippie tratando de engañar a la gente”, pero en 2010, Marijuanamerica de Mark Binelli ofreció una mirada a la forma como la marihuana medicinal se había convertido en una fuerza económica, al describirla como “un momento particularmente transformador” para “una extraña mezcla de forajidos honestos, estafadores, desertores conscientes y tipos intimidantes con armas de fuego, que ahora tienen que adaptar sus habilidades a un entorno legal y económico siempre cambiante”.
Ahora la marihuana medicinal es legal en 29 estados, mientras que en otros es aceptado su uso recreativo. “Es un mundo diferente”, dice Dickinson. “Los centros comerciales ahora tienen una farmacia, un supermercado y un dispensario”. Y aunque Donald Trump y su fiscal general, Jeff Sessions, dan indicios de querer volver a los peores días, estamos viendo hacia dónde se dirige esto”, comenta el autor. “Tenemos que estar alerta”, como dice Wenner. “Hemos hecho nuestra parte y nuestro público está con nosotros”.
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