una comparacion entre el impacto que tubo el ferrocarril en la realidad economica europea y el impacto que tuvo la vida de nuestro pais (10 lineas)
Respuestas a la pregunta
La economía española había quedado a trazada con respecto al resto de Europa durante el siglo XIX. La revolución Industrial y todo lo que ella acarreaba (grandes zonas industriales, grandes ciudades, infraestructuras y nuevos tipos de financiación) ya estaba fuertemente instaurada en países como Inglaterra, Alemania o Francia. El Reino de España introdujo estos cambios más tarde que el resto de Europa, y por ellos fue necesaria la construcción de nuevas líneas de comunicación, para fomentar la modernización de nuestra economía. Es decir, España necesitaba líneas de ferrocarril.
La primera línea que se construyó en la España peninsular fue la que unía las ciudades de Barcelona y Mataró en 1848. Tras la inauguración de la cual el Ministerio de Fomento comenzó a recibir múltiples peticiones para la construcción de nuevas líneas a lo largo del país, de manera que fue necesario poner en marcha la Ley de Ferrocarriles Españoles, que entraría en vigor en 1854.
Pero, ¿cómo afectó a la economía la Ley de Ferrocarriles? Esta pregunta ha sido estudiada por muchos historiadores. En este artículo, tras una búsqueda y comparación de diferentes autores, abordaremos la cuestión explicando consecuencias positivas y negativas del asunto.
Beneficios directos e indirectos:
Si abordamos el asunto desde el punto de vista del objetivo primordial de la instauración del Ferrocarril en España, que era mejorar las comunicaciones y el transporte, se puede decir que fue todo un éxito. Lo cierto es que en España no tenía ni canales internos por donde trasportar las mercancías, ni tampoco unas carreteras y caminos en condiciones como para hacer el trasporte adecuado y rápido, de manera que los ferrocarriles fueron un enorme paso hacia adelante. Un caso representativo de esto fue la mejora del servicio de correos, ya que los coches-correo ferroviarios permitían un trasporte más rápido, de objetos más grandes y por un precio 4 veces más barato.
A lo largo del siglo XIX en España, se construirían 15.000 km de red ferroviaria.
Una de las consecuencias de la mejora de las comunicaciones fue el aumento de movilidad laboral, pues el ferrocarril hizo posible las migraciones internas de los trabajadores hacia las ciudades. De hecho, Francisco Comín, considera que el proceso de urbanización de dio en España en el siglo XIX gracias al ferrocarril, debido a que las grandes poblaciones requerían un aumento del mercado de abastecimiento y fue el ferrocarril el que contribuyó a el trasporte de alimentos y materiales de construcción pesados y de grande tamaño esenciales para la creación de grandes urbes.
En este caso se pueden observar ejemplos a lo largo del país. En Bilbao, la industria minera se vio beneficiada no solo por el trasporte de su producto sino también de los trabajadores que residían en poblaciones ubicadas a lo largo de la vía. En Barcelona las vías ferroviarias pertenecientes a distintas compañías formaron un cinturón de hierro en la costa e interior de la zona, que serviría para la especialización productiva de las poblaciones y movilización de pasajeros. Más al sur, en Valencia, los ferrocarriles sirvieron para conducir las mercancías de los huertos a los puertos y estaciones del Norte, a la vez que para trasportar viajeros, sector que llegaría a superar a las mercancías. En la capital, Madrid, obtuvo seguridad en el abastecimiento de suministros al establecer comunicaciones directas con las diferentes capitales de provincia, cosa que también hizo aumentar el afluente de personas hacia la capital. El ferrocarril dio oportunidad a que centros de manufactura surgieran en las zonas del interior del país.
Por último, el gran beneficio directo de la construcción del ferrocarril en España fue el ahorro social. Cuando hablamos de ahorro social nos referimos a lo que hubiese supuesto para la economía española la no construcción del ferrocarril. El estadístico británico Mulhall calculó que desde el principio del ferrocarril hasta 1878 , el ahorro de recursos productivos fue de 536 millones de pesetas, cifra que ascendería hasta 2.425 millones en el periodo del 1878 hasta 1912. Estos datos llevan a que el historiador Antonio Gómez Mendoza concluya que el ferrocarril fue un sector básico