una causa de las cruzadas fue
Respuestas a la pregunta
Las primeras cruzadas
En el siglo XI Europa comenzó a
recuperarse del prolongado período de oscuridad y retroceso que siguió a la
descomposición del Imperio carolingio y a la nueva oleada de invasiones. El
Mediterráneo volvió a abrirse al tráfico, puesto que una vez hubo cesado la
expansión de los árabes, éstos promovieron un activo comercio entre Oriente y
Occidente. Los normandos, establecidos
en Sicilia y el S de Italia, también se habían convertido en comerciantes, y en
la propia Italia emergían con fuerza las ciudades mercantiles de Génova, Pisa y
Venecia. En Europa central comenzó a expandirse la economía, con la
celebración de importantes ferias y el desarrollo de algunos núcleos de
población. Como consecuencia de esta relativa bonanza económica, se incrementó
la población.
Los turcos selyúcidas (o seljucíes), un pueblo originario de Asia central,
convertido al islam, consumaron la destrucción del califato de Bagdad y en 1078
se apoderaron de Jerusalén, impidiendo el acceso a la ciudad santa a los
peregrinos cristianos. En 1095, en el concilio de Clermont, el papa Urbano II
lanzó la idea de una cruzada destinada a rescatar los Santos Lugares. La
iniciativa fue acogida con entusiasmo en una Europa sacudida por luchas
internas y con incipientes problemas de sobrepoblación en algunas regiones, que
de este modo hallaba una causa común en torno a la que aglutinar unas fuerzas
en ocasiones peligrosamente centrífugas.
La Primera Cruzada, integrada por caballeros de todas las nacionalidades
europeas, logró tomar Jerusalén (1009), a la sazón en poder de los fatimíes de
Egipto. En la ciudad santa se estableció un reino de tipo occidental y feudal
en el que dominaron los franceses.
En 1144 este reino se vio amenazado por los musulmanes, lo que dio lugar a la
Segunda Cruzada, predicada por san Bernardo de Claraval (o Clairvaux), y que se
desarrolló entre 1147 y 1149. Al frente de ella estuvieron el emperador Conrado
III y el rey francés Luis VII. Las disensiones entre ambos soberanos malograron
el éxito de la empresa. En 1169, un habilísimo jefe militar, Saladino, se hizo
con el poder en Egipto después de asesinar al califa de El Cairo. A
continuación, emprendió una guerra santa, a modo de contracruzada, para
desalojar a los cristianos de Palestina. Logró apoderarse de Jerusalén e hizo
prisionero al rey Guido de Lusignan. El
papa Gregorio VIII predicó entonces la III Cruzada (1188-1192), en la que
participaron el emperador Federico I Barbarroja, el rey inglés Ricardo Corazón
de León y el francés Felipe II Augusto. Tras una primera etapa victoriosa, murió Federico Barbarroja, y las
disputas entre los otros dos monarcas acabaron con la retirada del francés. La
empresa se saldó con una derrota moral de los cristianos, que no pudieron
restaurar el reino de Jerusalén, si bien acordaron con Saladino la garantía de
que los peregrinos podrían visitar libremente la ciudad santa.
Leccion de 2 de Secundaria :)