un relato policial porfa para ahora
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
RELATO POLICIAL
Víctima: Laura Torres.
Asesino: Pepa Domínguez.
Móvil: La víctima había hecho negocios con la compañía rival.
Sospechosos: Todos los que se encontraban a su alrededor.
Detective: Rafael Sánchez.
ASESINATO EN EL ASCENSOR
En la ciudad de Tokio, el detective Rafael Sánchez, se dirigía a un centro de moda ya que él
era amigo de la señorita Pepa Domínguez. Allí se encontró con la modista llamada Laura
Torres, que era la secretaria de la señorita Domínguez. Luego se encontró con la señorita
Domínguez y éste le regaló un ramo de flores. El detective Sánchez se enteró de que la señorita
Torres iba a renunciar a su cargo. Las dos señoritas se dirigieron a sus respectivos ascensores y
cada una se fue a su piso.
A la media hora, la señorita Domínguez bajó muy alterada y le dijo al guardia de seguridad
que su secretaria no atendía el teléfono. El detective Sánchez se sorprendió al ver lo alterada
que estaba la señorita Domínguez, sólo porque su secretaria no atendía el teléfono.
Se dirigieron a los ascensores y el guardia de seguridad señaló que el ascensor que había
tomado la señorita Torres estaba parado en el octavo piso. Fueron a ese piso y se encontraron
con que la señorita Torres había sido asesinada: tenía un cuchillo clavado en el corazón. El
detective empezó a observar la escena del crimen y notó que había muchas huellas en dirección
a la puerta de emergencia. Este se inquietó al ver que la señorita Domínguez colocaba su dedo
en el botón del ascensor como queriendo borrar algo y también notó que había unas arrugas en
el costado de la chaqueta de la mujer y se preguntó cómo una persona que estaba relacionada
con el mundo de la moda podía olvidar ese detalle.
El detective Sánchez se sorprendió al ver la posición en que se encontraba la señorita Torres.
A él le perturbaba el hecho de que si ella se encontraba saliendo del ascensor en el momento en
que el asesino la apuñaló, era extraño que ella hubiera caído adentro del ascensor y no afuera de
este, que era como estaba en ese momento, trabando la puerta de salida. Sabiendo que el
ascensor que había tomado la señorita Torres sólo iba hasta el décimo quinto piso, el detective
Sánchez decidió ir hasta ese piso. Ya en el décimo quinto piso, el detective, observó que a un
lado del ascensor había rastros de polen y un par de pétalos. Enseguida los relacionó con el
ramo de flores que él le había regalado a la señorita Domínguez. Al ver esto, el detective
resolvió el enigma, llamó a la señorita Domínguez y a los policías que fueron a buscar el
cadáver. Sánchez comenzó a explicarlo todo:
Empezó con la huellas. Dijo que la señorita Domínguez había entrado al edificio una hora
antes de que el detective llegara, se había puesto unos zapatos de hombre y había caminado
hacia la puerta de emergencia para después decir que el ladrón había escapado por esa puerta
sosteniendo que el asesino era un ladrón. Esa era su actual hipótesis. Luego, volvió media hora
después y se encontró con el detective y se dirigió junto con la señorita Torres hacia sus
respectivos ascensores. Ella se aseguró de presionar el botón del ascensor de la señorita Torres,
para que tomara el ascensor.
Luego, cuando subieron al ascensor, la señorita Domínguez llamó desde su teléfono móvil a
la señorita Torres y le dijo que necesitaba verla con suma urgencia en el décimo quinto piso. En
ese momento, la señorita Domínguez dejó sobre el piso el ramo de flores que el detective le
había regalado. Como consecuencia, se cayeron un par de pétalos y un poco de polen. Cuando
Torres llegó al piso, la señorita Domínguez la apuñaló en el corazón.
Luego explicó todo sobre la sospechosa posición del cadáver y sobre la arruga en la chaqueta
de la señorita Domínguez. Dijo que la señorita Domínguez había colocado el cadáver de forma
errónea porque así lo necesitaba para su plan: cuando puso de espaldas a la señorita Torres
contra las puertas automáticas del ascensor para mandarla al octavo piso se le enganchó la
chaqueta con las puertas automáticas. Cuando el cadáver llegó al octavo piso, cayó
automáticamente de espaldas, trabando el ascensor con su cuerpo.
La señorita Domínguez se molestó al escuchar la descripción de lo ocurrido y exclamó que la
teoría del detective no tenía fundamento. Y que tampoco tenía pruebas. A lo que el detective
respondió que había tres pruebas fundamentales que demostraban su culpabilidad. Eran:
- El rastro de polen y los pétalos del ramo de flores.
- La arruga en la chaqueta de la víctima.
- Los guantes ensangrentados de la escena del crimen que se encontraban en su bolso ya que no
había tenido oportunidad de deshacerse de ellos.
Con esta última prueba, la señorita Domínguez tuvo que confesar su crimen. Explicó el
porqué: dijo que la había asesinado porque la víctima había hecho negocios con la compañía
rival.
Explicación:
este es un relato policial