Un poema sobre la neurona la nesecito para ahorita xf :"v
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cada vez que leemos un poema algo se activa de manera irresistible en nuestro cerebro. No sabemos muy bien qué es, pero es estimulante y puede provocar reacciones poderosas que se manifiestan en nuestra conducta y en la fisiología de nuestro cuerpo: sentimos escalofríos y nuestra piel se eriza, incluso puede que cambie nuestro estado de ánimo. Diversos enfoques y herramientas como la psicofisiología, la neuroimagen y las respuestas conductuales nos ayudan a desentrañar los mecanismos que se ponen en marcha cuando escuchamos un poema o lo leemos. No hay magia, hay actividad neuronal y eso no le resta un ápice de belleza, sino que hace a la poesía más intrínsecamente nuestra.
Conocer las bases neuronales que sustentan la lectura y la creación de poesía es lo que queremos mostrar en este texto; describiremos grandes hallazgos de la neurociencia en el mundo de los poetas y los intercalaremos con alusiones al mundo educativo, al fascinante mundo del pensamiento, el sentimiento y la acción.
Porque sabemos que hay algo en las palabras de un poema que nos hace percibir el mundo desde otro ángulo, que enriquece nuestra mirada. Al leer poesía se forman en nuestra mente imágenes sugeridas por los versos, sentimos la perfección de esas palabras sin necesidad de analizarlas y se solapan varios significados sin que nos sintamos presionados para elegir uno de ellos. Una obra de arte, y un poema bueno sin duda lo es, tiene a menudo un punto de ambigüedad. La fuerza de un buen poema nos transforma, nos implica en su visión de otra realidad, nos interroga e incluso, muchas veces, tenemos la sospecha de que el autor conoce nuestro interior, nos habla de nosotros mismos.
Respuesta:
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula….