Un periódico menciona el caso concreto de una anciana a la que sus tres hijos internaron en un buen centro geriátrico, “con promesas de que la apoyarían y visitarían regularmente”. Pero ¿qué ha sido de ella? “Al principio las visitas fueron diarias. Después de algunas semanas se redujeron a tres semanales, y luego a una. Al cabo de un año la visitaban dos o tres veces al mes, más adelante cinco o seis veces al año y, finalmente, apenas la visitan.” ¿Cómo pasa esta anciana sus largos e interminables días? Se da la siguiente penosa explicación: “Sus únicos compañeros son los estorninos y las palomas que se posan en un árbol que ve desde la ventana de su habitación. Espera su llegada con tanta ilusión como si fueran sus familiares más cercanos”.
¿Cómo crees tú que pasaría una persona de la tercera edad en uno de estos lugares?
Respuestas a la pregunta
A propósito del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ¿sabías que no existe una declaración universal de los derechos de los adultos mayores, como sí la hay en el caso de los niños y de los pueblos indígenas? Lo que sí existe en las Naciones Unidas es un espacio de discusión formal sobre cuáles son los derechos más relevantes para esta población.
En un inicio, el tema de los adultos mayores parecía que concernía solamente a algunos países desarrollados. En 1991, cuando se adoptaron los Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad, solamente el 7% de la población en América Latina y el Caribe tenía 60 años o más. En 2010, cuando se estableció el grupo de trabajo permanente sobre envejecimiento de la ONU, esa cifra aumentó al 10%. Pero el panorama cambiará pronto para la región. En las próximas décadas se espera que el crecimiento de la población adulta mayor se acelere, de manera que para 2050 uno de cada cuatro habitantes de la región será adulto mayor. Para tener una referencia, en solo 35 años la estructura de la población de la región cambiará, esto tomó a Europa 65 años, es decir, casi el doble del tiempo.