Un palacio en un valle
Rasselas era el cuarto hijo del gran emperador en cuyos dominios comienza su curso el Padre de
las Aguas, que bondadosamente derrama arroyos de abundancia y esparce por medio mundo las
cosechas de Egipto.
Según una costumbre que ha pasado de generación en generación entre los monarcas de la zona
tórrida, Rasselas fue recluido en un palacio privado con los demás hijos e hijas de la realeza abisinia,
hasta que el orden de sucesión lo llamara a ocupar el trono.
El lugar destinado por la sabiduría o por la norma antigua para la residencia de los príncipes
abisinios era un espacioso valle en el reino de Amhara, rodeado por todos lados de montañas, cuyas
cimas se cernían sobre la parte central. La única vía por la que se podía acceder a aquel valle era una
caverna que se extendía bajo una roca, acerca de la cual siempre se había discutido si era obra de la
naturaleza o del esfuerzo humano. Su salida quedaba oculta por un denso bosque, y la entrada al
valle se cerraba con portones de hierro, forjados por artífices de la antigüedad, tan macizos que
ningún hombre podía abrirlos o cerrarlos sin ayuda de algún mecanismo.
De las laderas de las montañas descendían arroyos que llenaban el valle de verdor y fertilidad y
formaban en su centro un lago, habitado por peces de todas las especies y frecuentado por cuanta
ave la naturaleza ha enseñado a mojar sus alas. El lago vertía sus aguas sobrantes en una corriente
que se introducía por una oscura grieta de la montaña en el costado norte, para luego caer con un
estruendoso ruido de precipicio en precipicio hasta que dejaba de escucharse.
Las laderas de las montañas estaban cubiertas de árboles, y las orillas de los arroyos adornadas
con variedad de flores. Cada soplo de viento arrancaba aromas de las rocas, y cada mes caían frutos
al suelo. Todos los animales que pastan o escarban entre los arbustos, tanto los salvajes como los
domésticos, recorrían aquel extendido cerco, a salvo de las bestias de presa, gracias a las montañas
que los confinaban. Por un lado se veían rebaños y manadas alimentándose de los pastos, por el otro,
bestias de caza retozando por las llanuras; el ágil cabrito saltaba por las rocas, el sutil mono
jugueteaba entre los árboles, y el solemne elefante reposaba a la sombra. Toda la variedad del mundo
estaba allí reunida; se habían juntado las bendiciones de la naturaleza, y sus males estaban excluidos.
[…]
Samuel Johnson.
1. En el relato, la presencia de portones de hierro a la entrada de la caverna, hacen del valle un
lugar:
A. inexpugnable.
B. vulnerable.
C. asequible.
D. confortable
narración.
10. A partir del relato anterior se podría reflexionar, principalmente, acerca:
A. de la necesidad de estudiar los grandes imperios.
B. del peligro que implica vivir en el reino de Abisinia.
C. de la protección de las especies marinas.
D. de la esclavitud dentro de la opulencia.
Respuestas a la pregunta
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c asequible de la esclavitud dentro de tu
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la primera pregunta la respuesta es: A inexpugnable y la otra también: A de la necesidad de de estudiar los grandes imperios y espero que te pueda haber ayudado con tus preguntas
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