un microrrelato de150 palabras
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Ella no era de las de quedarse en casa, más bien, todo lo contrario. Era una princesa de caballo, espada y escudo. Desde bien pequeña había aprendido lo necesario para defenderse sola.
Ahora, el dragón acababa de darse cuenta y huía al ver lo valiente y ágil que había sido la princesa. Ese dragón se lo pensaría dos veces antes de meterse con una chica.
Subía las escaleras y podía oír los sollozos que venían de arriba. Allí estaba el príncipe que dejó de llorar en cuando la vio. La Princesa Adriana apareció sonriente. Sí, por fin estaba salvado. El duende le había dicho la verdad cuando afirmo “Te buscan, no te preocupes, alguien vendrá”. Ahora era libre y podría volver a su castillo y dedicarse a lo que más le gustaba, su jardín.
Ese era el juego en el que mi hija se había embarcado con sus felices juguetes.
Explicación: