un ensayo sobre la iglesia y el estado
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El cuidado de las almas no está encomendado al magistrado civil ni a ningún otro hombre, porque Dios no ha dado a nadie autoridad para que obligue a alguien a profesar su religión. Así nadie puede obligar a nadie ha hacer algo en contra de su fe (no es fe si no se cree).
El cuidado de las almas tampoco pertenece al poder civil porque su poder es un poder exterior, y la religión verdadera es un poder de persecución interior. Por este motivo la única tarea a este respecto que puede realizar el magistrado civil es corregir e instruir a través de la palabra (persuasión, no obligación y castigo). El magistrado civil solo puede aplicar castigos en materia civil, no en materia de fe, y solamente “la evidencia y la luz” pueden hacer cambiar de opinión a los hombres.
Castigos y leyes pueden convencer y cambiar de opinión a los hombres, pero esto no ayuda en nada a la salvación del alma.
Con todo esto queda claramente definida que el gobierno civil debe dedicarse solamente a intereses civiles y a cuidar las cosas de este mundo.