un ensayo argumentativo sobre la realidad de la economia ecuatoriana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ecuador vive una crisis sin precedentes. Si suponemos que la economía caerá a la par que el promedio estimado por el FMI para América Latina, la contracción sería mayor a 9 % en 2020, peor aún que en la crisis de 1999. Al impacto de la pandemia se suma el estancamiento económico en el que nos encontrábamos. El ingreso per capita de los ecuatorianos era ya en 2019 apenas superior al registrado en 2013. Como consecuencia, hay un gran aumento del desempleo y la pobreza, y la clase media se ha contraído.
Frente a esta realidad, la capacidad del país de responder a la pandemia ha sido limitada. Debido al despilfarro fiscal en vigencia hasta hace pocos años y por el alto endeudamiento que tenemos, la crisis nos encontró sin dinero. El “riesgo país”, que mide la dificultad de los países para pagar sus deudas, es hoy 10 veces mayor que en Colombia. Por otro lado, la dolarización le impone a Ecuador una severa restricción al no contar con política monetaria. No es posible, por ejemplo, implantar un programa de ayuda a las empresas para financiar el pago de sus empleados, como lo hace el Banco Central en Perú, cuyos préstamos a través de la banca está previsto que alcancen 8 % del PIB –igual a 8000 millones de dólares en Ecuador– a una tasa de interés apenas superior a 1 % y sin generar inflación. Sin política fiscal ni monetaria, nuestro Gobierno ha recurrido a una baja de salarios para atenuar el despido de trabajadores. Una vez más, el ajuste ha recaído en los que menos tienen.