Un discurso de 200 palabras sobre el tema "EL MUNDO QUE QUIERO PARA MI" es de lenguaje y literatura es para hoy ayúdame
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He de decir que tras haber terminado la carrera aún no tengo muy claro que esto sea solo una leyenda, pero a pesar de todo, el apoyo que he recibido por parte de mis padres y familiares ha sido incondicional, y estoy seguro de que así ha sido por parte de todas las familias que se encuentran aquí presentes. El proceso de compartir conocimientos no depende de las figuras de maestro y aprendiz por separado, ya que ambos forman parte de una cadena que, si tiene fisuras, sencillamente no funciona. Así pues, creo que deberíamos estarles agradecidos y huir de discursos demagogos que insisten en decir que enseñar es su trabajo y obligación, ya que pagamos su sueldo. Si estamos agradecidos a cualquier profesional que desarrolle su labor adecuadamente, debemos del mismo modo estarles agradecidos a los profesores, con especial mención a aquellos de los que acabo de hablar, ya que son ellos los que entienden que la educación es la base sobre la que se sustenta cualquier sociedad.
Sin educación, todo lo demás se derrumba. Tuve la suerte de terminar la educación secundaria con una buena media y al terminar la selectividad, un pariente me preguntó qué iba a estudiar. Al responderle «filología inglesa», él se burló, ya que consideraba que, al ser una carrera con un cinco como nota de corte, debía optar por otra con una nota de acceso más alta, como una ingeniería, biología, o alguna que fuera «útil para la sociedad», tal y como él decía. Si de algo me ha valido esta carrera es para darme cuenta de la importancia que tiene pensar por ti mismo , así como tener una actitud crítica, y esto es algo que no muchas carreras enseñan.
Y hablando de filosofía, voy a tomarme la licencia de usar al recientemente fallecido José Luis Sampedro como referente filosófico. Sampedro solía decir que deberíamos ser educados y preparados para pensar libremente, ya que la libertad de expresión es inútil si no existe libertad de pensamiento. Es decir, sin libertad de pensamiento la libertad de expresión no es más que una copia o reflejo de lo que se nos dice. Por tanto, me gustaría aprovechar esta oportunidad para reivindicar la importancia de estudiar letras y humanidades, especialmente en el mundo en que vivimos, donde parece que solo hay hueco para palabras como «competitividad», «negocio» o «beneficio».
No es mi intención dar ningún mitin, pero considero que recae en nosotros -alumnos, profesores y familias- la obligación y la responsabilidad de hacer todo lo que esté en nuestra mano para detener este proceso de desmantelamiento de un sistema que, sin ser perfecto, es el que más garantías ofrece y el único que asegura la igualdad de oportunidades. Antes he utilizado el referente filosófico de José Luis Sampedro. Hace casi dos años, cuando empezaron las movilizaciones en contra del plan privatizador de la enseñanza en la Comunidad de Madrid, mi abuela me preguntó que a qué venía tanto revuelo. Yo le resumí los motivos de las protestas contándole que, como consecuencia de dicho plan, la escuela pública quedaría reducida a un simple gueto para los alumnos procedentes de familias menos afortunadas, dejando a los colegios privados como receptores de los mayores recursos y privilegios.
En definitiva, le dije, de continuar este plan privatizador, para acceder a una educación de calidad habría que pertenecer a una familia más bien adinerada. Para ella era fácil deducir que este proceso suponía un flagrante paso atrás. Durante los siguientes minutos me estuvo hablando de cómo solía ser la educación hace unas cuantas décadas y, en un momento determinado, me confesó que para ella había sido muy duro no poder dar a sus hijas la educación que le habría gustado que tuvieran, ya que no se lo podían permitir, y que esa era la gran espina que todavía tenía clavada desde entonces. Es por ello que utilizo los últimos segundos de que dispongo para insistir en la importancia de no resignarse ni rendirse ante esta injusticia.
Sigamos luchando para que la educación siga siendo pública y de calidad y para que no nos quiten lo que hemos ganado.